Se supone que todos estamos al servicio de todos con nuestro trabajo, con el ejercicio profesional de las carreras académicas, normalmente, libremente elegidas; salvo que no se haya alcanzado la "nota de corte" y nos hayamos obligado a "matricularnos" de otra cualquiera que, antes o después, terminan dándonos el "titulito universitario de marras"; aunque no tengamos "ni idea", ni vocación, ni "na", para ejercerla con un mínimo de decencia, de conocimiento de causa, de motivación, etc., lo que perjudica al "incauto" que tiene la desgracia de ser tratado, analizado, asesorado, diagnosticado, etc., por semejante "tropa", que haberla "hayla"; especialmente en políticos, como nos pone de manifiesto la prensa, la rumorología, las redes sociales, que cuando obtienen una "canongía" y, por ejemplo, les faltan algunas asignaturas para terminar la licenciatura de Derecho, obviamente sin examinarse, se "hace lo que sea con las actas de calificaciones" y?.aprobados y licenciados en leyes. ¡ Manda c?¡.

Y los que "ejercen libremente"¿; pues como miembros de la lamentabilísima condición humana, más si cabe, se "permiten el lujo" de seleccionar a quiénes a ellos acuden para demandar sus servicios profesionales; de comprometerse y luego no cumplir lo prometido, mintiendo descaradamente, dejando en la "estacada" al cliente, haciéndole perder tiempo, paciencia, posibilidades de solución a sus demandas, etc.

Y es que hay que ser serios, no discriminar a nadie, cumplir lo prometido, tener una mínima idea del "oficio", no ser unos "iletrados", observar una conducta basada en serios y rigurosos principios éticos y deontológicos; ser respetuosos con los clientes; cobrar unas minutas "prudentes", no dando un "sablazo"; guardando el secreto y sigilo profesional, difícil en territorios de cotillas inmidericordes, etc., pues, caso contrario, el desprestigio propio y, por extensión, el de los componentes del correspondiente colegio profesional será, y en muchos casos es, una realidad, lo que menoscaba su imagen, su nombradía, su reputación.

En fin, "que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes"; especialmente aquellas que tienen que emplear a fondo el "Trivium", con honestidad, con sabiduría, con rectitud; que es "comprensivo, respetuoso y tolerante con las ideas y los modos de vidadistintos de los propios, y con sus partidario"; "que consiste principalmente en una actividadintelectual y requiere un título académico para su ejercicio".

?.Vaya, una ¡rareza!

Sancho de Moncada