El portavoz y vicepresidente del Gobierno en la sombra ha vuelto a ejercer uno de los cometidos que posible y presuntamente debió pactar con Sánchez para su investidura. Pablo Manuel va de poli malo y Pedro va de poli bueno para que su imagen no se resienta en exceso entre sus votantes y entre los indecisos que no terminan de ver fiable al presidente de la moción de censura.

Pablo Manuel que va de líder, que va de progre, visitó en la cárcel de Soto del Real a Jordi Cuixart, ex líder de Omnium Cultural y a Jordi Sánchez, ex cabecilla de la ANC. Con esa visita "de estado" quiso favorecer la "distensión" y el "diálogo". La fuente mana directamente de Podemos. Es decir que la oficina de comunicación del Psoe está en dependencias de Podemos. O Sánchez corta, o Sánchez da un golpe firme encima de la mesa o esto se le va de las manos. Todavía tengo esperanza de ver en el Gobierno de España al Psoe con sentido de Estado tantas veces demostrado.

Al finalizar su vista y como no podía ser de otra manera, Pablo Manuel soltó una de sus perlas favoritas que no terminan de completar el collar que se está liando al cuello y que acabará por estrangularle. Iglesias largó a los cuatro vientos que "no es sensato que en España haya presos políticos". ¿Dónde? ¡Y yo sin enterarme! He repasado una por una la población carcelaria en España y además de ladrones, corruptos, asesinos, prevaricadores y terroristas, también hay sediciosos. Y el delito de sedición es un delito gravísimo en cualquier país democrático y aún en los que no lo son. De ahí que la apreciación de Iglesias resulte infumable.

Se equivocó adquiriendo el casoplón de Galapagar. Tuvo que haberse comprado uno en el alto Tibidabo o en el Ampurdán. Pablo Manuel no pisa la realidad que pisamos el resto de españoles. Lo malo es que tiene abducidos a los podemitas que no piensan por sí mismos, Pablo Manuel piensa por ellos, con la inestimable ayuda de la embarazadísima Irene Montero. Siendo grave lo hecho y lo dicho por el líder de los Podemos boy's y girl's, lo peor llegó a renglón seguido. Al morado no le dolieron prendas en reconocer que Sánchez no sólo conocía la visita si no que la facilitó porque, siempre según Iglesias, están en constante "coordinación", hasta el punto de informar a Torra que Sánchez apoyará el acercamiento de estos presos a cárceles catalanas. Poli malo y poli bueno. Sin que Pedro Sánchez se despeine, Pablo Iglesias le hace el trabajo sucio. Ese que pueden recriminarle buena parte de los afiliados, los barones y la gente del Psoe con cerebro y, vuelvo a repetir, sentido de Estado.

En realidad cabe preguntarse, quién gobierna en España, Sánchez y el Psoe o Iglesias y Podemos, por mucho que aparentemente lo hagan en la sombra. Esta vez, el morado no necesitó repartirse ministerio alguno, está vez tiene el mando necesario para hacer y decir cosas como las aludidas. Alto precio el que está pagando Sánchez por codearse en Europa con Merkel y Macron, por cierto, ambos en la derecha. No piensa ni en la unidad indisoluble de España, ni en los intereses de España, ni en los españoles. Si en su proyecto de país, sólo figura el acercamiento de presos vascos y catalanes a sus comunidades, dejar que Torra haga lo que viene en gana y la eutanasia, como puntos principales en su particular orden del día, que dios nos pille confesados porque esto puede ser la reoca.