Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá". Urkullu ha sido el primer presidente autonómico en hacerse eco del conocido versículo de Mateo 7 y se ha empleado a fondo. Le ha llevado al presidente del Gobierno de España una lista interminable de peticiones que Pedro Sánchez está dispuesto a asumir. Como asuma todo lo que se le pide desde algunas autonomías, acabará siendo el presidente del país más reducido, del país más pequeño de la Europa común. Tiempo al tiempo

Y como el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se abrirá. Esta gente le está cogiendo bien cogida la sobaquera al presidente surgido de la moción de censura con el que el independentismo se muestra tan contento. Ya empiezan a llegar a Moncola las primeras facturas. Algunas son impagables, pero Pedro Sánchez que es un mago, sacará de donde no hay para pagar lo que no hay por qué pagar si las cosas en España se hicieran buscando el interés común, el bien de España y de los españoles. Urkullu quiere una nueva política que supere las medidas de excepcionalidad que impiden al PNV hacerse con todo el botín, Seguridad Social, política penitenciaria y otras 37 competencias incluidas al parecen pendientes en el Estatuto de Gernika. Un Estatuto absolutamente ambicioso.

Lo de Urkullu no será casi nada, cuando llegue la hora de la entrevista con Torra, el presidente de la Generalitat que no está a la altura de Cataluña y de los catalanes, excepción hecha de los revoltosos que van intimidando por calles y plazas. En lo de Cataluña siempre quedará la apreciación de Pablo Manuel Iglesias, pidiendo que se les dé, no por donde usted está pensando, si no que se les dé todo lo que piden y que además, se aproveche la coyuntura para quitar al Rey Felipe de su trono y proclamar la República. ¿Qué república? ¿La diseñada por Pablo Manuel o aquella a la que aspiran algunos socialistas que empiezan a desenmascararse colocando la tricolor hasta en sus perfiles? Y Pablo Manuel ejerciendo de mediador. ¡Pobre España!

Pedro Sánchez, no puede hacerse de miel porque se lo van a libar en dos días y por muy agradable que sea la sensación, los resultados pueden ser catastróficos. Pedro Sánchez está en la obligación de mostrarse firme si, además, quiere hacerse con el respeto de los líderes de Europa entre los que gusta moverse. Y ese respeto se gana con políticas que no caigan en el absurdo como pretende Pablo Manuel. Volviendo a la lista de Urkullu, lo de la Seguridad Social lo veo complejo y lo del acercamiento de presos un marrón que tendrá enfrente a las víctimas. Ningún presidente del Gobierno de España puede olvidar lo que ocurrió en aquellos años del reinado de terror de Eta. Años en los que se quiso atentar incluso contra el Rey de España. Por cierto, Pablo Manuel, la figura más respetada en la Unión Europea y en el resto del mundo. Mientras tú sigues siendo una mierda pinchada en un palo.

Para Urkullu "avanzar en la normalidad" es conseguir todo lo que ha pedido a Sánchez. El presidente del Gobierno de España debe recordar permanentemente el dicho "contra el vicio de pedir está la virtud de no dar". Y es que esta gente, en especial el independentismo, quieren lo que quieren y además el dinero español que les toca en suerte y a ser posible un poco más para seguir dilapidándolo en la hoja de ruta independentista.