P or lo que decían en el programa de TVE1 es la mujer de este delincuente fiscal que ofreció pagar 14 millones de euros y no ir dos años a la cárcel para saldar su deuda con Hacienda... sí, este que es un atleta y parece que se enfada cuando mete los goles.

Su chica, que habla como si le doliera hacerlo -en el tránsito del cerebro a la boca y en la boca misma- fue con dos guardaespaldas a una presentación de algo comercial con alfombra roja, pared llena de letras y logos y micrófonos de la tele con brazo de periodista detrás. Allí dijo que iba a buscar "el bolso de mi vida".

"El bolso de mi vida". Todavía estaba pensando que hay un bolso para cada vida o que hay vidas que tienen su bolso cuando empezó el telediario con los 630 migrantes del Aquarius, que vienen a buscar el bolso de su vida o a venderlo, y a los que les dieron una mochila en el barco. Los bolsos son más importantes de lo que el patriarcado nos ha dicho a los hombres. Los fabricantes de bolsos y de ideología para revistas de moda, lo saben. El martes, con el bolso de la vida de la novia de -ahora caigo- Cristiano Ronaldo en la cabeza, Soraya Sáez de Santamaría, se presentó para liderar al PP. En su última aparición de gobierno, quiso sustituir a Mariano Rajoy por su bolso, como hacemos cuando tememos que nos quiten el sitio en el aeropuerto. No valió para nada. A Rajoy, que estaba de sobremesa en un restaurante, le quitaron el sitio sin tocar el bolso de la vida de ambos.

La misma mañana del martes se presentó para el mismo cargo María Dolores de Cospedal, que recordó que había dado la cara varias veces y se la habían partido, pero se había levantado. Nadie se lo va a negar. Lo peor es que dio la cara por la saca del dinero B del PP y puede que esa sea la saca de su vida.