A la misma hora que Mariano Rajoy regresaba a su despacho de registrador de la propiedad en Santa Pola, Pedro Sánchez se estrenaba en el banco azul del Congreso en la primera sesión de control al Gobierno en la Cámara Baja tras la moción de censura que ha deparado distintos duelos parlamentarios y un baboseo infumable entre el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Manuel Iglesias. Solo les falto darse un pico, pasarse mutuamente la mano por el lomo e irse a Chueca a celebrarlo.

El Iglesias más dulce, más educado, más agradable, más considerado, más correcto, vamos un Pablo Manuel desconocido, baboseó en torno a la figura del presidente socialista. Cómo sería la cosa que a Pedro Sánchez no le quedó otra que "agradecer mucho su tono y su actitud". El podemita, que se mostraba empalagoso, le espetó en medio de tanto dulzor "Podemos hacer cosas históricas". Cosas que pasan ineludiblemente por el Valle de los Caídos, porque de lo que en verdad nos importa a los españoles, nada toco Iglesias que, dada la situación por la que atraviesa su pareja, la diputada Irene Montero, lo primero que pidió al presidente fue la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad que Unidos Podemos llevará al pleno la próxima semana.

Me gustaría saber, de no estar embarazada la Montero, si Iglesias habría arrancado por esa petición. ¡Madre mía, con todo lo que hay que hacer en España y por España y esta gente por las ramas! Puede muy bien decirse que el toma y daca del tándem Sánchez-Iglesias fue de guante blanco. Se trataron ambos con guante blanco. Ya no hay mofa, ni befa, ni escarnio de ningún tipo, ni falta de educación alguna, ni falta de respeto del podemita hacia el presidente del Gobierno porque, a diferencia de Mariano Rajoy, con Sánchez está dispuesto a hacer cosas históricas. Como Sánchez no baje pronto de la nube, no sé qué va a ser esto.

Hubo rifirrafe entre el presidente del Gobierno de España y el popular Rafael Hernando que asumía el papel de ariete de la oposición. Se echó de menos, dadas las constantes referencias del presidente al Gobierno del PP, sobre todo ante el insulto de Iglesias, llamando la 'caverna' a Partido Popular y a Ciudadanos, en base a los 134 escaños populares las preguntas de los cinco candidatos a presidir el PP que a su vez son diputados. Hablo de Soraya, de Margallo, de Cospedal, de Casado y de García Hernández. Me hubiera gustado verlos fajarse ahora desde la oposición dando la talla parlamentaria que se les exige. Estos señores y señoras están más ocupados y preocupados tratando de salvar el culo en un partido, el suyo, abierto en canal por los hechos, que en ponerle las cosas difíciles a Sánchez.

Se acabó el show, se acabó el circo podemita en el Congreso de los Diputados. Iglesias seguirá insultando en medio de la impunidad más absoluta, a PP y Ciudadanos. Sánchez seguirá haciendo constantes referencias negativas al Gobierno del Partido Popular y nada más. Bueno, puede que a lo mejor el valencianista Joan Valdoví, dé juego, al ver que del dicho al hecho gubernamental, va un trecho por el que no está dispuesto a transitar. Todo el mundo tranquilo, a Sánchez siempre le quedarán los felones del PNV para mantenerse en el sillón azul.