Para escribir este artículo he tomado algunas notas de los comentarios que se hacen del nuevo Gobierno, ya remodelado por la deslealtad del titular del ministerio de Cultura. Se ha dicho del Presidente, Pedro Sánchez, que es poco socialista porque "no tiene criterio propio" y no obedece a los "barones", algo así como si para ser socialista hubiese que ponerse un uniforme y avanzar a la orden de "de frente; ar". Yo desde dentro del partido no conozco a un solo socialista que no tenga su propio criterio de cómo se es socialista. Aquí el debate es lo que enriquece el ideal del socialismo. Lo de los "barones" debería escribirse "varones" y al menos, introducir la expresión de "baronesas" que según la hoja de servicios respectivas, parece que también son mejores -me refiero a las ministras con ideas muy personales- un partido político democrático no puede imponer un modelo de adhesión a sus militantes y simpatizantes.

También he leído algún artículo en el que el autor estaba sorprendido de que el Presidente hubiese "encontrado" a un grupo de españoles brillantes que confiaran en él. Tuve que leer un par de veces el artículo para entender que lo que le molestaba es que no hubiese tenido que ir a un país extranjero a buscar gente para formar su equipo.

Yo estuve en el polideportivo "Magariños" de Madrid el día que explicó el programa electoral para presentarse a las elecciones cuando, el hoy Presidente, era flamante Secretario General del PSOE. En mi opinión ha sido uno de los mejores discursos políticos que he escuchado nunca. En su disertación dijo: "tenemos que tratar al mundo tal y como es, pero no tenemos que aceptarlo como es, y nuestro deber es intentar hacerlo mejor. Si alguno de vosotros cree que puede serle útil al país, que cuente que lo voy a escuchar".

Con la elección del Presidente, Pedro Sánchez, los españoles hemos empezado a recuperarnos y a quitarnos el polvo, queda mucha tarea por delante y muchos obstáculos que vencer, los retos no pueden ser acometidos con políticas de medias tintas, ni hacerle frente con las viejas y gastadas fórmulas. El mensaje de aquel discurso fue de una claridad meridiana, el Partido Socialista debe seguir siendo el motor de cambio histórico, utilizando el poder de las ideas, el de la libertad de expresión y la democracia para que cada uno de los ciudadanos de este país pueda experimentar, por sí mismo, que forma parte de un proyecto honorable y que eso lo considera mérito suficiente para alcanzar el éxito. El poder del Gobierno se basa en el consentimiento de los gobernados, sin su contribución material y humana no hay posibilidad de llevar a cabo proyecto alguno. Naturalmente, el Presidente deberá tener presente la comentocracia del PP, este partido político siempre está dispuesto a la gresca con el ocupante de la Moncloa, mientras no sea uno de los suyos.

El Presidente, Pedro Sánchez, jamás ha aceptado, ni siquiera insinuado que en España haya presos políticos, apoyó la aplicación del artículo 15 de la Constitución y dijo públicamente que el PSOE siempre respaldaría al Gobierno en defensa del Estado. Para el PP, ahora en la oposición, eso es secundario, la verdadera sustancia de la elección como Presidente siempre estará vinculada con algún "pacto secreto con los partidos independentistas", hay que emprender una cruzada por motivos estrictamente políticos, antes de que España se rompa. Dicho acuerdo a partir de ahora va a estar en peligro de forma seria siempre que el PP crea que corre el riesgo de perder las elecciones, si se encuentran desesperados no dudarán en sacar del armario el arma arrojadiza de la rotura de España. Nunca podré comprender por qué la derecha en este país siempre tiene la tentación de exacerbar los instintos más deleznables de la irracionalidad destructiva y del egoísmo, esto forma parte de la condición humana, pero un programa político no es una fuga de lo vivido hacia lo soñado cuando estás en el poder.

Cuando estaba finalizando este artículo recibí un mensaje en el que me informaban que el expresidente Rajoy había dimitido de su condición de diputado. Es el único servicio que ha hecho por los españoles en su larga trayectoria política, irse a su trabajo de registrador.

(*) Concejal del PSOE en el

Ayuntamiento de Peñausende.