Qué más quisiera yo que referirme con este título a los refugiados del barco Aquarius o de cualquier lugar del mundo donde hay perseguidos por hambre, guerra o represión! Y que nuestra Diputación fuera una institución de acogida de seres humanos sin papeles?

Sin embargo voy a hablar de otra exclusión, mucho menos importante que la de los sin papeles del mundo, pero que se está dando en los sin Internet del mundo rural, obligados a tramitar cualquier solicitud, queja o expediente en la Diputación sin papeles, es decir, a través de la administración electrónica exclusivamente.

Cuando prácticamente toda la gente ha ido a la escuela y aprendido a leer y escribir en su lengua materna, el nuevo lenguaje tecnológico está creando nuevos analfabetos tecnológicos, incapaces de utilizar las tecnologías de la información y comunicación, porque no las han estudiado o aplicado. Esto sucede en todos los sitios, pero más en las zonas rurales de provincias como Zamora, con una población envejecida y sin medios a su alcance para formarse.

La situación de analfabetismo tecnológico, me ha recordado a la pedagogía de Milani, sacerdote católico de buena familia, en la escuela de Barbiana, donde los pobres siempre suspendían porque partían de una situación más desfavorecida: "Vosotros decís que Pierino, el del médico, escribe bien. A la fuerza, habla como vosotros. Es de la casa. En cambio, la lengua que habla y escribe Gianni es la de su padre. Cuando Gianni era pequeño llamaba "lala" a la radio. Y su padre se ponía serio: "No se dice lala, se dice arradio". Ahora, si es posible, no está mal que Gianni aprenda también a decir radio. Vuestro lenguaje le podrá ser útil. Pero, mientras tanto, no podéis echarlo de la escuela".

Y a las personas mayores o jóvenes que no han tenido la oportunidad de manejar los ordenadores, no podemos echarlos de la Diputación cuando acuden con su instancia escrita en román paladino, en el cual suele el pueblo hablar con su vecino, como dijo en los inicios de nuestra lengua Gonzalo de Berceo.

Decía Milani: "Los idiomas los crean los pobres (?) los ricos los fijan para poder fastidiar a los que no hablan como ellos".

El 80% de la población de Zamora, sobre todo en la zona rural adolece de una pobreza tecnológica tal que impide a sus habitantes poder conectarse a internet para relacionarse con la Diputación y con otras administraciones.

Pero en lugar de tener en cuenta esta circunstancia de los territorios más pobres, y de poner banda ancha a lo largo y ancho de la Provincia, la Diputación sólo utiliza en exclusiva para comunicarse las nuevas tecnologías. El Gobierno a su vez va extinguiendo el correo postal en los pueblos.

Acostumbrados a la exclusión, los resistentes zamoranos de zona rural podrían acercarse a la escuela, a ver si desde allí pueden pedir la ayuda a domicilio, o al ayuntamiento para que les den la subvención de la "dipu" a la asociación del pueblo que organiza la semana cultural. ¡Lástima de la mitad de los pueblos sin ayuntamiento en la localidad y más aún sin escuela! Y lástima que en el ayuntamiento, la escuela y el centro de salud o consultorio médico donde lo hay, tengan el mismo problema de conexión a internet hasta para prescribir la receta para la tensión, que ahora es electrónica en lugar de la ininteligible letra de médico.

Acceder a la sociedad de la tecnología es un derecho de todos los ciudadanos, como lo es poder ver los canales de TDT o tener cobertura del móvil. Pero mientras tanto no pueden seguir suspendiendo como los hijos de los pobres de la escuela de Barbiana, como decía Milani, o como dijo Paulo Freire en su pedagogía del oprimido: "La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la Humanización del hombre."

En el último pleno de la dipu sólo pedimos una tregua para los que aún necesitan papeles para comunicarse, al menos hasta que se garantice el acceso a las nuevas tecnologías.

Esperamos que, si no se apuesta por una sociedad revolucionaria, al menos se haga por humanidad. Porque en educación no hay nada más injusto que tratar de la misma forma a los diferentes. Y en política no tener en cuenta las desigualdades sociales de las que somos responsables.