Según puede leerse en la inscripción labrada en piedra existente sobre el pórtico de entrada a la ermita de la Peña de Francia en las proximidades del Paseo de los Tres Árboles de nuestra capital, el templo surgió de la siguiente forma: "El Capitán Melchor Fernández Morán, natural de Lacevo, hizo esta obra porque estando ciego se ofreció a Nuestra Señora y al bendito Santo Domingo del Vado, que por su intercesión fue el Señor servido de darle vista. 1666".

Este era el origen de la popular ermita que yo conocí hasta que encontré un escrito en el que se decía que la razón histórica de la existencia en Zamora de una ermita a la Virgen de la Peña de Francia estribaba en el hecho milagroso acaecido el día de San Martín del año 1597. El Duero había crecido tanto que cubrió el lugar de Villalazán, cuatro leguas arriba de Zamora, e hizo tales estragos que de cuarenta casas que había en el pueblo solo quedaron cuatro en pie. Una de las casa arrasadas fue la de María Marcos que con su marido se había acogido en la Iglesia, Tenía esta mujer un niño de tres semanas en la cuna, del que con la turbación y las prisas se vino a olvidar. Viendo lo cual el marido fue a sacarlo, pero habiendo entrado el agua a cuatro varas de altura, se lo arrebató el rió y no pudo alcanzarlo y él tampoco fue visto. Viéndose la pobre mujer sin marido y sin hijo imploró a Nuestra Señora de la Peña de Francia e hizo voto de que si le guardaba al hijo lo llevaría a su Santa Casa y subiría la cuesta a pie y descalza, haría una misa en su altar y, conforme a su pobreza, daría una limosna para su obra. Llevó el río la casa y el niño en su cuna sobre el agua, sin mojarse ni cabezal, sábana y almohada en que iba echado dentro de la cuna y así llegó hasta Zamora. Llegó hasta el puente, y no pudiendo pasar por los ojos que cubría totalmente el agua, lo arrojaron las olas hasta la orilla donde mucha gente contemplaba asustada la monstruosa crecida del Duero. Recogieronló y hallaron al niño sano y salvo sin haberse mojado. Hicieron pregonar el hallazgo, por si aparecían los padres y entre tanto se llevó al niño a casa de doña Leonor, señora de don Pedro Mella.

Al día siguiente vino la madre a recogerlo proclamando que la Virgen de la Peña de Francia lo había guardado. Fue a la Peña al siguiente verano acompañada de muchos a cumplir su voto y todos hicieron notorio aquel milagro.

No es que exista contradicción entre el ciego que recobró la vista e hizo construir el templo zamorano y el milagro del niño que salvó la vida de la riada de Villalazán, pero es interesante conocer ambos sucesos que parecen estar en relación con la existencia de esta Ermita que al día de hoy parece estar semi-abandonada.