Bajo el Puente de Hierro se han acomodado varias parejas de ocas. Es un espectáculo para niños y mayores asistir a sus carreras y su desfachatez en busca de comida y de caricias. En ningún momento son agresivas, como alguien pretende, son escandalosas, alocadas y buscan la compañía humana, cuando se les ofrece comida, casi siempre "pan", acuden ciegas con el pico abierto y si no se está preparado lo cierran con fuerza y rapidez. Garantizo que un pellizco tolerable para un adulto, sin otra intención que pillar la golosina que se les ofrece y resultar graciosas, con frecuencia siguen al paseante hasta que pierden el interés después de unos pasos.

Sería un proyecto entrañable que nuestro Ayuntamiento fomentara en todos los paseos del Duero una población de ocas, patos cisnes y todas palmípedas que se pueda sostener su población. Parece ser que alguna persona, no creo que ni mínimo colectivo, le molesta la presencia y el graznido de estas criaturas en libertad frente a su pobre perro encarcelado todo el día y en la hora del paseo con correa y bozal. También se podía preguntar si esos pobres animales no molestan al resto de la ciudadanía que no va a lamentarse al Sr. Alcalde.

F. Mario Santos