A tres años de la elecciones al Ayuntamiento de Zamora escribí que IU obtendría mayoría absoluta, y aunque lo mantengo, hay que advertir, para quienes viven de las apuestas, que los últimos acontecimientos (más los que puedan darse en el año que queda) pueden influir en lo relativo a las "mayoría absoluta" (aunque no esté en peligro la "mayoría relativa"). Repasemos de dónde salían los votos para que IU llegara a 13.000 (que supondrían 13 concejales). Sacó nada menos que 9.400 en el 2015.

Damos por hecho que IU irá en solitario puesto que el Equipo de Garzón (apoyado por las primarias a nivel nacional) siempre ha respetado a las bases (y las de Zamora quieren ir solas). Supongo que saben que Ahora Decide (600 votos) se ha fusionado con Adeiza (1.200). Esto que generaba una bolsa de 1.800 votos sin control, y por tanto susceptibles de votar en el 2019 por el actual alcalde, puede reducirse bastante, si es que este nuevo sujeto político presenta candidatura en la Capital.

También suponíamos (con buen criterio aunque arriesgado) que unos 1.000 votantes del PP (que sacó en el 2015 uno 10.500) podrían apoyar ahora al señor Guarido por su somera y conservadora gestión. Pero es verdad que la caída y derribo del PP a escala nacional podría generar un sentimiento de misericordia a favor del partido de Martínez-Maillo, que evitara esa fuga de seguidores del tipo "yo en mi pueblo voto a quien mejor lo haga" (Guarido, en este caso).

Aunque, lo más fácil es que el votante lejano del PP (no el militante devoto) ante la desaparición de esta formación (para entonces las encuestas pueden ser devastadoras) opte por acudir en la elecciones generales a Cs, pero que en las locales (que son las que cometamos hoy) prefieran al actual Alcalde ("porque lo ha hecho bien").

En todo caso, de la cuna de votos de la que hablamos, IU se va a llevar los 2.000 vinculados, por razón de sus negocios, al mercadillo (pues son gentes que dicen que sólo les defienden Guarido y Cristoff).

Y ahora analizamos el factor terremoto más alto en la escala política. Se trata del efecto moción de censura (de adiós PP) que ha dado lugar a un Gobierno sorprendente (en cuanto a lo agradable) del PSOE.

Gobierno que si en este primer año (hasta las municipales de mayo del 2019) toma medidas de importancia social (blindaje de las pensiones, adiós a la contrarreforma laboral, abolición de la ley mordaza, inversión fuerte en educación, sanidad, justicia y ley de Dependencia, etc.) puede recuperar tanto fuelle y estima, que votos que obtuvo IU de ese sector (pro socialista) en el 2015, ahora vuelvan al PSOE.

Sin embargo, considerando que IU arranca como abanderada del voto útil (algo que tanto la perjudicó en el pasado), y los barrios no quieren al PP (ni a Cs), este fenómeno puede quedar bastante amortiguado.

Y ya que se menciona a Ciudadanos, hay que pensar que su ascensión a los cielos será como en Cataluña (quitándole votos al PP) con lo que en el mejor de los casos (para ellos), PP más Cs sólo sumarían 12 concejales (los mismos que ahora). Aunque más bien son 11 pues el PP tiene uno de regalo por la Ley D´Hont. Por cierto, para quienes se empeñan en decir que dicha ley apenas influye en los Ayuntamientos de 25 concejales o más, les recordamos lo siguiente. En Zamora cada concejal sale por unos 1.100 votos (si bien para entrar en la Casa de las Panaderas hacen falta unos 1.500). Pues bien, el PP, que obtuvo sólo 1.100 votos más que IU, sin embargo le sacó 2 concejales de ventaja, en vez de uno, gracias la maldita ley que premia al primero.

Y un concejal es mucho pues puede ser decisivo para obtener la mayoría absoluta, la que puede alcanzar IU, que encima, por ser el partido más votado, puede llevarse esa propina.