Habrá que dar los cien días preceptivos para pasar a analizar los nombramientos de los nuevos ministros del Ejecutivo que preside Sánchez. Hay mucho, sobre todo mucha rescatada del pasado zapateril. Carmen Calvo, que nunca se destacó por su inteligencia y Margarita Robles, constituyen no sé si los mejores o los peores ejemplos. Porque si ponemos la moviola del recuerdo en marcha y empezamos a nombrar a las chicas Zapatero, además de las aludidas surge de inmediato Bibiana Aido, la ministra más joven del gabinete Zapatero, la gran esperanza del zapaterismo, sí hombre, aquella de "los miembros y las miembras", la misma que se quedó tan oreada diciendo: "Un feto de trece semanas es un ser vivo, pero no es un ser humano" o "vamos a crear una biblioteca por y para mujeres" o "teléfono para resolver las dudas de los maltratadores". En fin. Las perlas se acumulan en su curriculum. Menos mal que esta señora para con sus huesos en Estados Unidos porque, lo mismo, Sánchez la hubiera rescatado para su Gabinete.

Carmen Calvo tampoco se quedó corta. En su afán igualitario se permitió cambiar el género de conocidas frases que bien la definen, como está que nos dejó para la posteridad: "Yo que fui cocinera antes que fraila". Como lo lee, no me he equivocado. Se la tachó en su día de "inculta" al dar muestras de ello en muchas, muchísimas ocasiones. A la actual vicepresidenta se deben también perlas como: "Un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes" ¡Madre mía, y era la ministra de Cultura! No conforme con semejantes barbaridades se llenó de gloria expresando lo siguiente: "Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas" ¡Glup! Fue durante una cumbre en favor de la diversidad cultural en la que olvidó cómo se rigen los países.

Pedro Sánchez ha colocado, muy bien colocada en Defensa, con el añadido del CNI a Margarita Robles, feminista recalcitrante de la que, no obstante, conviene recordar que quien fuera la número 2 del Ministerio de Justicia presidido por Belloch, fue quien durante los trabajos que llevaron a la redacción del anteproyecto de ley de reforma del Código Penal, eliminó el término "violación" de su articulado, hoy objeto de polémica tras la sentencia de La Manada, dejando la cuestión reducida a "abuso" y "agresión sexual". Para todo hay que tener memoria, ahora que este gobierno se dispone a hacer tanto por las mujeres y sobre todo por la infancia más desfavorecida.

En el Gobierno de Pedro Sánchez hay hasta un astronauta. Y también antitaurinos, gente que 'odia' el deporte, ministros que pidieron a Montoro acabar con el "cupo vasco", como la recién nombrada titular de Hacienda y otros de reputación como el juez Fernando Grande-Marlaska, hasta ahora vocal del Consejo General del Poder Judicial, azote del brazo político de ETA y el responsable de abrir la causa para descubrir a los autores del soplo a la banda terrorista ETA en el bar Faisán de Irún. De todo hay en la botica de Pedro Sánchez. Pero hay que esperar los preceptivos cien días para conocer el talante y el talento de los elegidos al frente de sus carteras ministeriales y saber si habrá perlas que insertar en los distintos collares feministas. De momento, sin comentarios. O eso había pretendido.