Lo publica Periodista Digital con el título: "La caprichosa y millonaria primera decisión de Begoña Gómez sobre La Moncloa". Digo yo que Alfonso Rojo tendrá buenas fuentes porque el asunto de la decisión de la mujer del presidente, que no primera dama, no es baladí. Parece ser que la mujer de Pedro Sánchez quiere cambios más "contundentes y profundos" en los poco más de 200 metros cuadrados de su nuevo hogar, el Palacio de La Moncloa. El hogar presidencial está distribuido en 8 habitaciones, 9 baños y tres vestidores que, efectivamente, "dan para algunos arreglos".

Hombre, entiendo sobradamente que cada inquilino quiera poner en la residencia privada del palacio presidencial, algo de sí mismo, darle su propia personalidad. Pero, ojo con los gastos, porque se efectúan con dinero público, es decir, con dinero de todos. Con dinero de los que tienen y los que no, los de la hipoteca y los del desahucio, los del paro y los del trabajo, los pensionistas y los funcionarios. En fin, se hace con dinero de todos

Begoña no es Viri, la discreta mujer de Rajoy. Begoña que es muy mona y muy resultona, dicho desde la admiración más absoluta, no está dispuesta a ser un florero en la casa presidencial. Tiene fama de influyente y va a ejercer, no ya de primera dama, lo es la consorte y con suerte del Rey Felipe VI, pero sí de "presidenta". Dará juego. Tiene que permanecer vigilante porque es madre de dos preadolescentes cuyo anonimato quiere preservar la pareja y la mucha exposición de los progenitores, más allá de lo estrictamente político, no puede ser bueno. Fíjese lo que ocurrió con las hijas góticas de José Luis Rodríguez Zapatero. Fueron virales. Y todavía prestan, es un decir, su imagen para distintos memes.

La mudanza se ha efectuado en un tiempo récord, sólo que a la mujer de Sánchez le han "horrorizado", según el citado Digital, los muebles de la residencia privada y ya ha ordenado un cambio integral del mobiliario, que no será de Ikea. En 2006, el entonces presidente del Gobierno, ZP, reservó una partida de quinientos mil euros en los Presupuestos Generales del Estado para renovar el citado mobiliario. Fue el único presidente de la democracia que hizo un cambio tan a fondo en la residencia oficial del presidente del Gobierno. Y, ahora, Pedro Sánchez sigue la estela dejada por el penúltimo, hasta la fecha, presidente socialista.

Ciertas prioridades dan que pensar. España tiene otras necesidades y ciertas partidas, como la del mobiliario monclovita, podrían destinarse a favorecer el empleo en los más jóvenes, por ejemplo. O en las pensiones, por citar otro ejemplo.