para la Iglesia Católica, eucaristía y caridad van unidas. El logotipo de Cáritas, tan conocido, son cuatro corazones que forman una cruz. Algo que recuerda a la hostia que se parte en la misa para ser repartida, el Cuerpo de Cristo roto por amor. Por eso hoy, además de sacar al Santísimo Sacramento por las calles de muchos de nuestros pueblos y ciudades, la Iglesia saca también la cesta entre los bancos de las iglesias, para compartir con los pobres. No por simple altruismo o filantropía? sino por coherencia. Si los católicos contemplan, adoran y comulgan a un Dios que, en la cumbre de la generosidad, se ha entregado a sí mismo en la cruz y se entrega cada día en el altar? los que aseguran seguirlo deben parecerse a Él y compartir con los demás algo más que los bienes: la propia vida.