A estas alturas nadie duda que el modelo educativo de Castilla y León es el más valorado de España y uno de los más valorados del mundo. Así lo pone de manifiesto permanentemente el informe PISA que evalúa con una prueba única en toda España los conocimientos de nuestros alumnos, entre otros aspectos, en áreas tan importantes como matemáticas o lengua.

Lo que es más desconocido de ese modelo, en especial fuera nuestra de Comunidad, son las particularidades del mismo, que precisamente es lo que da más valor a los resultados obtenidos. Por poner un ejemplo, en nuestra Comunidad, con más de 310.000 alumnos, tenemos 2.000 rutas escolares que transportan a 35.000 escolares, la mayor parte de ellos en el mundo rural y que al año suponen una inversión de casi 50 millones de euros.

Pero la mayor singularidad que hace que nuestro modelo sea especial son nuestras escuelas rurales. Son esas aulas que se mantienen abiertas en los municipios con tan solo 4 alumnos.

Existen 28 aulas, 28 "coles" en los pueblos de nuestra comunidad que tienen sólo 4 niños. Ocho de estos "coles" están en la provincia de Zamora. Esta semana hemos conocido que por parte de la Consejería de Educación se ha optado por mantener abiertos esos "coles", con tan solo 3 niños, siempre que se cumplan determinadas condiciones, entre las que está que los progenitores quieran escolarizar a sus hijos en esa unidad.

Rápidamente se han escuchado voces críticas al respecto sobre esta medida. No me sorprende puesto que el "deporte nacional" muchas veces es la crítica permanente de las decisiones que se toman para intentar, por lo menos, poner solución a alguno de los problemas con que nos enfrentamos hoy día.

¡Qué difícil es siempre ponerse delante de un papel en blanco, adoptar determinadas medidas, gestionar en el fondo, y qué fácil es corregir después lo que se escribe, o criticar permanente las soluciones que se adoptan, ya sean en un sentido o en el contrario!

En el caso de la escuela rural se trata de una medida valiente, de una apuesta por nuestros pueblos. Por facilitar la vida a las familias que se quieran quedar en ellos. No soy yo la persona más adecuada para juzgar o para decidir si es mejor que los niños vayan a "coles" con tan solo tres alumnos o acudan a los otros centros, y tampoco me atrevería nunca hacerlo, porque eso corresponde a los padres. Son ellos los que han de elegir, desde su libertad, dónde y cómo quieren escolarizar a sus hijos. Lo que sí puedo decir, es que se les está dando la oportunidad de poder elegir, se le está dando una oportunidad a nuestro mundo rural que tanto nos preocupa, y con el que tanto se nos llena la boca muchas veces.

En estos días en que tanto se habla de despoblación, de que hay que poner medidas para intentar frenarla, estamos ante una situación en la que claramente se está apostando por nuestros pueblos.

Sé que no es una de las grandes propuestas, ni por supuesto una de las grandes soluciones, pero es un paso más para intentar que la gente se quiera quedar en nuestros pueblos. Hay que hacer más, claro que sí, tenemos que pensar más, que invertir más y sobre todo seguir trabajando para intentar revertir esta situación.

Pero también, y es mi opinión, tenemos que poner en valor y defender nuestras singularidades, la labor de los más de 34.000 profesionales que se dedican a la educación, y de la administración para que sigan funcionando nuestro "coles" con 3 alumnos. Nuestra escuela rural.