El Barcelona cantó el alirón de su vigésima Liga con un "hat-trick" de Messi una semana después de haber ganado la Copa del Rey para sellar un doblete -el octavo de su historia- que supuso las lágrimas de su rival, el Deportivo, que certificó su descenso a Segunda. Para el Barça es una Liga sin mancha, ya que la ha conseguido después de 34 partidos sin conocer la derrota, más siete de la termporada anterior.

La cara y la cruz del deporte quedaron reflejadas en el césped de Riazor. El Barcelona formó la piña para celebrar el título; el Deportivo hizo lo propio en el centro del campo sabiéndose equipo de la categoría de plata. Fue después de un partido vibrante, con los dos equipos lanzados al ataque y gozando de numerosas oportunidades de gol. El Barça dio primero con un tanto de Courtinho y pareció sentenciar con el 0-2 en poco más de media hora.

Pero el Dépor no se rindió y logró vencer la resistencia de un gran Ter Stegen. Tras el 2-2, el Barcelona perdió el control del partido y estuvo cerca la remontada. Valverde reaccionó con dos cambios que dieron más consistencia al centro del campo. Del resto se encargó Messi, que en la recta final logró otros dos goles, que aseguraron la victoria y le situaban al frente de la clasificación de la "Bota de Oro", con 32 goles, por 31 de Salah.