Los movimientos de poblaciones siempre han existido desde la noche de los tiempos, desde épocas prehistóricas, buscando sus componentes una vida mejor, una vida que les posibilitara comida, sobre todo y, a medida que las épocas son más recientes, también mejores condiciones de vida, de desarrollo personal, etc.; pues, cuando las personas dejan sus lugares de origen es por que no les ofrecen los medios de subsistencia o de promoción profesional que estiman en que los sitios de destino sí dispondrán de ellos.

Hay que tener en cuenta, también, con independencia de sentimientos, por muy humanos que son, que las personas, respetando por supuesto la condición de dignidad humana que implican, son también factores productivos y que tienen que emplearse en aquellos territorios que demanden sus posibilidades, potencialidades y conocimientos profesionales; pues no se pueden dejar los recursos humanos sin emplear, o con subempleo, es un despilfarro social y económico.

Habría que analizar con rigor, con profundidad, con objetividad, con el asesoramiento de expertos, por las Administraciones Públicas, la inmensa cantidad de estudios científicos y académicos existentes sobre las causas de la despoblación rural, su situación actual, el estado de la ciencia sobre el particular, las investigaciones sobre el terreno a que haya lugar; para las innumerables comisiones de los poderes publicas creadas "ad hoc", arbitren las medidas, los medios y dicten las disposiciones legales y administrativas a que hubiere lugar para, siempre que sea posible y viable, estimular el "me vuelvo al pueblo", lo que precisa de servicios públicos similares a los disponibles en los medios urbanos, fiscalidad adecuada y estimulante a la actividad empresarial, como la existencia de infraestructuras, viviendas, dotaciones públicas de todo tipo, especialmente las sanitarias y educativas, y las relativas a las comunicaciones que precisan las tecnologías de la información y la comunicación T.I.C.s, y sobre todo, que sus habitante, y sus representantes políticos, sociales y económicos manifiesten exactamente que es lo que estiman necesario para evitar el despoblamiento, para lo que es imprescindible potenciar sus recursos naturales y humanos. Estos tienen su responsabilidad también pues hay que partir de la propia iniciativa, del propio emprendimiento, de la puesta en valor de sus cualidades, etc etc etc.

Sancho de Moncada