La iglesia de Santiago del Burgo, enclavada en la zona más céntrica de la ciudad, en la calle de Santa Clara sede del comercio y vía por la pasean diariamente los zamoranos, es un templo románico construido a finales del siglo XII en una zona que entonces era extramuros de la ciudad.

El nombre de "burgo" se debe precisamente a que la repoblación de la Zamora que había destruido Almanzor, la inició el rey Fernando I construyendo en los arrabales nuevas agrupaciones de viviendas a las que se denominaban pueblas o burgos.

En la Alta Edad Media se consideraba Burgo al castillo o fortaleza construido por el señor feudal como avanzadilla o puesto de vigilancia. Solían edificarse en zonas privilegiadas por su carácter defensivo o en posiciones estratégicas, como cruces de caminos. Por extensión, se llamaba burgo a las poblaciones que se agrupaban en torno estas fortalezas.

En el caso de Zamora, no fue un castillo o torre defensiva, sino que la iglesia de Santiago sirvió para que las gentes que venían de León o de Galicia repoblaran la devastada ciudad agrupándose en torno a la iglesia que, por su construcción tenía características de torre defensiva.

Los primeros documentos que hacen mención a este templo datan del 1176 y mencionan que el edificio se encontraba cercano a unas eras (eclesia de San Jacobi de las eirás).

Aunque es coetánea de la Catedral, la iglesia de Santiago fue construida fuera del recinto amurallado, donde solamente había unas eras y se fue construyendo en torno a la iglesia por los emigrantes que venían de otras latitudes a repoblar Zamora.

Hasta 1888 el templo perteneció a la diócesis de Santiago de Compostela, por lo que lleva el nombre de Santiago. Sin entrar en detalles técnicos de sus características arquitectónicas, destaca en la portada que da a la Calle de Santa Clara el doble arco que se apoya en el centro sobre un capitel sin columna de apoyo, que los entendidos llaman "pinjante".

Es de mencionar un ciprés que hay ante la esbelta torre de la iglesia, cuyo árbol he visto crecer en el transcurso de los años ganando varios metros de altura. Entre sus ramas debe haber varios nidos de pájaros que a determinadas horas del día amenizan con sus trinos el paso de los transeúntes.

Ante la portada que da a la calle de Santa Clara se colocaron unos bancos de piedra que siempre están bastante concurridos por personas mayores y demás desocupados; sobre todo cuando el tiempo es favorable para tomar el sol.