Hay que tomarse más en serio eso del ejercicio físico. Demostrado está que, especialmente a las personas mayores, la falta de ejercicio puede inclinarlos a desarrollar demencia, igual que ocurre con los adultos genéticamente predispuestos a la enfermedad. El sedentarismo es malo de solemnidad para la salud. Tras el consumo excesivo de grasas y azúcares y el tabaquismo, la ausencia de actividad física suficiente se ha revelado como una de las causas de enfermedad más comunes en el mundo desarrollado.

Si mueves las piernas, mueves el corazón, hemos oído siempre. Pues bien, quien mueve las piernas también mueve otro órgano de vital importancia: el cerebro. Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles han hallado una relación estrecha entre el comportamiento sedentario a largo plazo y variaciones en una de las áreas del cerebro implicadas en el procesamiento de la memoria. Practicar el 'sillón bol' no es bueno a ninguna edad. La edad de la jubilación no quiere decir, ni por asomo, que hay que permanecer parados todo el santo día sin hacer nada. Grave error. Iniciar una actividad física apropiada en la edad adulta, incluso tras la jubilación, también aporta beneficios para la salud física y psíquica.

Todos tenemos miedo a cualquier tipo de demencia se llame esta como se llame. Pero, claro, hay que tener un envejecimiento activo. La práctica de ejercicio físico disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, diabetes, alzhéimer, ictus y depresión. Merece la pena no ya perder tiempo, sino ganárselo a la enfermedad en el gimnasio. No se trata de levantar pesas, realizar potentes ejercicios, tragarse literalmente todos los elementos del gimnasio dejándose la vida en ello o lanzarse a correr la maratón, basta con caminar a diario, con la práctica de ejercicio físico al aire libre y esas cuestiones que nos parecen baladíes y que en realidad no hacen otra cosa que beneficiarnos.

Lo ideal sería iniciarse a edades tempranas, en la infancia. Hay que ser previsores. De no haberlo hecho así, nunca es tarde si la práctica del ejercicio es buena. Y lo es para evitar el declive cognitivo. De estas cuestiones, quien puede impartir cátedra, porque lo del máster parece estar mal visto, es Manuel Figueruelo Martín, director gerente de la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzhéimer, una suerte de profesional, que conoce su trabajo al dedillo al que aporta ideas, iniciativas y soluciones. Mientras en todo lo demás el declive de Zamora es, desgraciadamente, notorio, en esta materia somos punteros y puestos de ejemplo en otras provincias y no sólo de nuestro entorno. Los premios obtenidos así lo avalan.

Vamos, que estoy por apostar que Manuel garantizaría con su experiencia y su saber estos estudios que ponen al descubierto la necesidad de practicar ejercicio físico o algún que otro deporte que evite el sedentarismo. Hay un estudio que afirma que la media de horas al día que pasan sentados los mayores de 60 años es de 9,4 horas, aproximadamente entre el 65 y 80% de su periodo de vigilia diario. Hay que cambiar con urgencia ciertos hábitos y costumbres que no sé por qué diantre identifican a las personas mayores. Hay que disminuir considerablemente esa cifra de alrededor de 47,5 millones de personas que viven en todo el mundo con algún tipo de demencia.