Las familias no son solo "la familia, como tradicionalmente la hemos considerado", dijo Bas, alta funcionaria del Secretariado de la ONU, tras llegar al evento. "Cuando pensamos en la familia debemos también ampliar nuestra definición de familia", agregó, diciendo que familia solo significa "comunidad".

Bas dijo esto pese a que reconoció habérsele dicho que la diversidad familiar no era "el foco de la reunión". Tras su declaración, se retiró, sin aceptar preguntas. Y es que el Secretariado de la ONU ha estado explotando esta progresiva retirada durante décadas.

En los noventa, los acuerdos de la ONU empezaron a referirse a la "diversidad" familiar, alejándose de la familia natural, compuesta por un hombre y una mujer y su progenie biológica, a la cual la ley internacional entrega protecciones singulares, de las que ningún otro grupo social es titular en derecho.

Los promotores de la diversidad dicen que, mientras la ley y las políticas internacionales reserven un lugar especial a la familia natural, estas discriminan contra todas las demás estructuras familiares y contra las relaciones homosexuales. Tal ha sido la posición de las naciones europeas, de algunos países latinoamericanos y de los Estados Unidos bajo las administraciones tanto de Obama como -para sorpresa de muchos de sus partidarios socialmente conservadores- de Trump.

Los defensores de la familia natural señalan que las protecciones singularmente reservadas a la familia en la ley internacional pueden ser extendidas a estructuras familiares análogas o derivadas de la familia natural, como las familias adoptivas, los hogares monoparentales o las familias multigeneracionales, pero no a las relaciones homosexuales, porque solo la familia natural es titular de tales protecciones, y no simplemente cualquier modo de vida comunitaria.

El lenguaje acerca de la diversidad ha sido bloqueado por naciones socialmente conservadoras en los acuerdos de la ONU. Y el lenguaje de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha sido bloqueado por naciones socialmente progresistas.

El resultado de la Comisión de este año, que incluye, por primera vez en su historia, una referencia a la salud sexual y reproductiva en su resolución principal, puede atribuirse a las posiciones de tendencia izquierdista del presidente responsable del texto final, pero la retirada progresiva en el tema de la familia en las políticas de la ONU se ha estado fraguando durante décadas.

Mientras las naciones socialmente conservadoras sean aplacadas por el compromiso y la ambigüedad, la retirada continuará y la burocracia de la ONU la explotará. En el septuagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el momento de alzarse en pro de la familia es ahora.

Enric Barrull Casals