Que no, que ni como reivindicación, ni como contestación. Desnudarse a la primera de cambio para protestar no es la respuesta. Las mujeres debemos demostrar que tenemos más cintura para encajar cualquier golpe verbal. Las mujeres tenemos que estar por encima de algunos comentarios. Las mujeres que, en realidad nada tenemos que demostrar, tenemos que demostrar que tenemos más clase, que somos más tolerantes. Eso no quiere decir que seamos unas cobardes, que seamos inferiores. De todos los mensajes que recibí el día de la mujer, me quedo con éste atribuido a Marie Curie: "Nunca he creído que por ser mujer deba tener tratos especiales, de creerlo estaría reconociendo que soy inferior a los hombres, y no soy inferior a ninguno de ellos".

Creo que sobra cualquier comentario al respecto. Dos premios Nobel avalan a esta gran científica polaca nacionalizada francesa, que en un tiempo mucho más duro, mucho más difícil para las mujeres de su época, nunca se sintió inferior, porque no lo era. El problema de ahora es que muchas mujeres se sienten inferiores porque en realidad lo son. Entran a cualquier trapo como auténticos toros de lidia y confunden los comportamientos y las actitudes.

Es verdad que las declaraciones de monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, sobre el feminismo no han gustado a nadie o casi nadie. Se le han dedicado de pasada comentarios poco elogiosos pero se ha pasado de sus críticas a la causa feminista sin darle más sal al cuento. Pues no. Con motivo del Día de la Mujer, un grupo de 25 mujeres se desnudaron de cintura para arriba ante la catedral del Buen Pastor de la Bella Easo, como gesto de condena a las manifestaciones del prelado.

¿Qué han conseguido con eso, me pregunto yo? ¿Un ratito de supuesta gloria en los medios de comunicación? ¿Una rectificación del Obispo? No padre. Monseñor Munilla seguirá utilizando los micrófonos de Radio María para recordar a las feministas a ultranza que "el demonio les ha metido un gol" en propia puerta. Sus razones tendrá. Quien defiende la vida por encima de todo, no entiende el aborto, no puede defender por nada del mundo ciertas posturas feministas favorables a la interrupción del embarazo. No hay que olvidar que somos muchas las mujeres que defendemos la vida. El que otras estén a favor del aborto no las hace ni más mujeres ni más femeninas. Puede que las haga más feministas. Sólo eso. Somos muchas las mujeres que respetamos nuestro propio cuerpo. Respeto a quienes quieren mostrar sus pechos, pero no voy a dejar de reconocer que eso no las hace mejor que al resto.