Yse llaman a sí mismos demócratas y progresistas cuando en realidad son de un conservadurismo y de un retrogrado que asusta. Me refiero a cargos del Psoe de Mieres y del sindicato SOMA que se han propuesto hacerle la vida imposible al presidente del Principado, Javier Fernández, y lo están consiguiendo. Con la actitud que han adoptado sólo están logrando retratarse a sí mismos, soliviantar al personal y demostrar que con Pedro Sánchez las cosas no funcionan mejor en el Partido Socialista. Con el intento de boicot a Javier Fernández por parte de los susodichos "se han saltado todos los límites", según un histórico que nunca se ha cortado un pelo a la hora de decir verdades como puños. Hablo de Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

"Ya nadie está libre de cualquier arremetida, por muy brillante y honrada que sea su hoja de servicio al Psoe y a la democracia", ha escrito Rodríguez Ibarra, en un artículo publicado en El País, que no tiene desperdicio, por la contundencia de sus afirmaciones. Ibarra expresa con palabras lo que infinidad de españoles saben o sospechan sobre Javier Fernández, que es un socialista fiel a las siglas de su partido y a la democracia española, amén de un hombre honrado donde los haya. Una de esas personas a las que se puede votar en confianza y con la confianza necesaria a sabiendas de su altura de miras y de su altura política, que la tiene y mucho mayor que esa de la que otros alardean sin fundamento alguno que los avale.

Algunos en el Psoe no perdonan, son inmunes a la concordia y a la democracia. Cabe entender que van por libres, porque si encima siguen instrucciones de Ferraz, Sánchez también queda retratado. No todos los socialistas confían plenamente en el líder. Ha dado muestras sobradas de sus vaivenes además de haber transformado el Psoe en otra cosa donde los más intolerantes, los que tienen una idea peregrina de España son los que llevan la voz cantante. Todo esto sucede en un contexto de tensión que no se escapa a nadie desde que La Nueva España revelara una comprometida conversación en un grupo de Whatsapp que ha suscitado la polémica.

Es doloroso comprobar la ira, el desprecio, el intento de humillación, el sectarismo con el que actúan, incluso con los suyos, algunos dirigentes socialistas.

Javier Fernández sí que es un líder con mayúsculas y un referente, dentro y fuera de Asturias. El Psoe tiene gente extraordinaria en sus filas, lástima que algunos estén tratando de laminarlos. Sánchez tiene que demostrar su grandeza, si la tiene, acabando con ese contexto de tensión en Asturias, más allá de los gestos cara a la galería a los que tan acostumbrados nos tiene.