A menudo me gusta ir al cine, hace unos días seleccioné una película que contaba la historia de unos años de la vida de unos granjeros, lo hice porque ninguno de los protagonistas era uno de esos artistas que salen todos los días en los medios de comunicación y porque el comentario que leí me gustó. No me defraudó en absoluto, al poco tempo de iniciarse me di cuenta que era una historia que yo estoy viendo cada día en unos amigos. Estuve todo tiempo deseando que terminase bien, porque, cada uno a su manera, se merecían alcanzar el máximo de felicidad, es el mismo deseo que tengo con la familia protagonista de la historia que les voy a contar y me recordó la película.

Aunque tengo mucha confianza con ellos no les he pedido permiso, pero estoy seguro que aunque no voy a decir sus nombres ni las relaciones que nos unen, cuando la lean se van a sentir identificados con ella y que como protagonistas, orgullosos de ser padres. Las historias como esta nos reconcilian con la humanidad. Me pondrán un morro así de grande, pero la aceptarán porque es verdad y porque tienen muy arraigado el sentido de la amistad y de las lealtades personales.

Difícilmente se encontrará en estos pueblos de la comarca una familia en la que las hijas disfruten de tanta libertad como en ésta. Esa casa está siempre animada, se respira en todas partes el aire de familia unida, buena y que vive en armonía.

Las historias que se cuentan estos días en las primeras páginas de los medios de comunicación no tienen relación alguna con los sentimientos más nobles de los seres humanos. El ámbito público se ha erosionado de tal manera que parece que nos hemos sumido en una doliente tristeza. La historia de mis amigos nos reconcilia con los más altos valores de los seres humanos y como decía Dostoievki, ya cincuentón, a una joven escritora que le pidió consejo. "No invente nunca la fábula ni las intrigas. Tome lo que la vida misma le ofrece. ¡La vida es infinitamente más rica que nuestras invenciones!".

El padre de esta familia siempre se levanta temprano y trabaja todo el día, es un excelente ganadero, pero sus ovejas necesitan cuidado permanente. Lo que no sé es de ¿Dónde saca tiempo y fuerzas para dedicarlas a sus dos hijas y a su mujer? Tampoco se lo he preguntado, pero veo el resultado. Este padrazo participa activamente en todas las diversiones y organiza escenificaciones humorísticas y satíricas, no necesita apenas nada para improvisar unas coplas a lo que es bastante aficionado.

Me gusta hablar con él de su trabajo, el otro día me contaba como se había especializado en ayudar a parir a sus ovejas cuando los partos eran complicados. Cuando metes la mano en vientre de una oveja para sacar el cordero tienes que hacerlo con la determinación de un profesional, las crías pueden venir de "mil maneras diferentes", algunos están colocados de trasero y tienes que ponerle las patas rectas para que pueda salir tirando de ellas; hay muchas que traen dos crías y hasta tres de un solo parto y cada corderito pugna por salir el primero, cuando metes la mano debes hacerlo con mucho cuidado porque puedes coger las patas de dos corderos diferentes. El año pasado a una oveja le hice la cesárea y le saqué dos corderos, es una de las vicisitudes más hermosas que he hecho como ganadero. Otra tarea a la que se entrega con auténtica pasión, cuando muere en el parto una de sus ovejas y le deja una o dos crías, los amamanta dos veces al día con leche de cabra, naturalmente también de su rebaño. En la cuadra todo está en orden hay compartimentos para los corderos de crianza, el rebaño se renueva cada año, mayormente hembras, con ejemplares nuevos seleccionados entre los mejores, hay que tenerlos separados del resto y alimentarlos según la edad; en otra parte están las abocadas a parir, en otra las recién paridas. Las ovejas jóvenes, que llamamos cancinas están en otra cuadra porque el cuidado difiere sensiblemente del resto de la piara.

El problema que solo él sabe resolver cada día es cuando regresa con todo el rebaño del campo y cada animal tiene que ir a su aprisco. Esto es una tarea para un aspirante a ganar el cielo.

La otra historia es más conmovedora, una de sus hijas nació con un problema físico grave, los médicos le dijeron, si quieren que aprenda a caminar, tendrán que dedicarle tiempo y mucha paciencia; consiguieron que lo hiciera sobre, poco más o menos, como el resto de los niños. Ahora -le dijeron- la tarea que les espera es de mayor envergadura, porque tiene dificultad para hablar correctamente y para interiorizar las enseñanzas escolares en la etapa más difícil. Reto conseguido, certificado de escolarización con sobresaliente y cum laude para los padres. ¡Ah!, la historia no ha terminado, ahora está haciendo unos cursos especiales incluidas enseñanzas musicales. Me gusta oírla tocar el teclado y observar cómo interpreta las partituras musicales. Alguien que conoce profundamente los misterios de la mente humana ha sabido introducirla en el mundo de la belleza de la música, y como los padres creen que su formación, para hacer de ella una persona completamente autónoma, independiente y libre, no ha terminado, cada día se desplazan a la ciudad de Zamora para llevarla a los mejores colegios de cada una de las materias que ella necesita. No importa si llueve, chuza o hace calor, cada día a su hora está en el sitio que debe. Y estos padres, sólo aspiran a los abrazos y el profundo amor de sus hijas. Ésta parece que está dotada más que nadie para dar a sus padres lo que necesitan. Unas zalamerías a cada rato.