Que rabia tener una comarca tan preciosa y tan poco explotada, que rabia que lleguen amigos a pasar unos días y tengamos tanto por enseñarles y no sepamos cómo, que rabia que otras comarcas de la región o del país con menos riqueza estén mucho más potenciadas, que rabia que cada alistano que se muera se vayan con ellas al olvido tantas historias, tanto por enseñar, tantas tradiciones, tanta cultura. Cualquier persona que se tuviera que ir fuera de Aliste, sabe apreciar cuando vuelve por unos días el valor de nuestra comarca, no sólo el calor de su gente, sino nuestros precioso paisajes, nuestros monumentos, nuestra gastronomía, nuestra cultura; todo ello hace crear un sentimiento que se podría explotar para acercarlo a todo aquel que desee acercarse a visitar nuestra comarca. Pero, ¿Por qué no convertir esa rabia en acciones?, no nos conformemos con que no hay empleo, no hay posibilidades, podemos crearlo. Conseguir que la comarca rural de Aliste sea un poco más autosuficiente puede comenzar por el turismo, pero son los comercios, los productores, los hosteleros, las administraciones, los que deben valorar que en conjunto puede haber salida del túnel. La actividad turística comienza a ser considerada como una alternativa que puede permitir una cierta recuperación socioeconómica ante la crisis de las zonas rurales, pero también el avance y aplicación de las tecnologías de la información y telecomunicaciones han contribuido al desarrollo del turismo rural, las simples aplicaciones nos abren puertas que antes veíamos inaccesibles.

Debido al atractivo turístico del ámbito rural, han nacido novedosos servicios, ya sean alojamientos rurales, centros de actividades medio ambientales, recuperación en el comercio de productos artesanales, etc., dirigidos al turismo, que posibilitan la inserción de la mujer en el mercado de trabajo. Potenciar el turismo rural y de naturaleza en aliste puede ser una de las salidas de desarrollo sostenible para la comarca y evitar la dichosa despoblación y la visión de nuestros pueblos como algo triste y deprimido, los municipios rurales, con su esencia característica, tienen los ingredientes perfectos para ofrecer productos turísticos basados en la experiencia y en el valor cultural y ambiental.

Podemos quedarnos de brazos cruzados esperando a que esto desaparezca o podemos comenzar por convertir esa rabia en actos, Aliste tiene mucho por enseñar.

Santiago Moral