Los trabajos sobre la cantería no son muy numerosos y en mucha menor escala los dedicados a los canteros-restauradores. Generalmente, estos especialistas han tenido su formación en lugares donde estas explotaciones a cielo abierto han sido abundantes, que hoy día localizamos sobre todo en Galicia, Extremadura, Madrid, Ávila o Alicante. Es una profesión muy antigua pues desde los tiempos más remotos, la piedra ha sido empleada por el hombre para la construcción de edificios. La técnica artesanal del oficio es muy ancestral y se ha transmitido de padres a hijos. A sus más destacados especialistas se les llama "maestros canteros", algunos de cuyos nombres nos aparecen en las fuentes archivísticas, caso de Ludovico Gavilán en Salamanca que, durante el siglo XVIII, restauró numerosos templos en su provincia.

El pueblo de Moralzarzal (Madrid), como se puede ver en su historia, siempre tuvo buenas explotaciones de granito y los canteros que trabajaron en ellas alcanzaron muy buena fama a lo largo y a lo ancho de la geografía nacional. El catastro del Marqués de la Ensenada (año 1.752) ya nos habla de ello. Las familias Segovia, Balandín, González,.....han constituido una antigua saga de canteros en esta localidad madrileña. De ellos destacamos la figura de Alfonso Segovia Aparicio. Nació en Moralzarzal el día 2 de Agosto de 1.926. Sus padres fueron Julián, también cantero como su abuelo, y Carmen. Se casó en 1.955 en Alpedrete, localidad también dedicada la explotación de la piedra y próxima a la de su nacimiento, con Marina San Segundo Blázquez, sin que hayan tenido descendencia. Vivieron primero en Moralzarzal cerca de las canteras de Matarrubia donde tuvo su taller de cantería, y después, en la avenida de la Salud nº 24, hasta que se retiró junto a su esposa, a la residencia para mayores "San Isabel", poco años después de haberse jubilado en 1.994, donde hoy se halla con una avanzada edad, pleno conocimiento y recordando sus tiempos pasados de labrante y artista. Siempre fue un hombre tranquilo y dispuesto a hacer favores a quien se los pidiera, hecho que justifica que trabajara gratuitamente en la parroquia de su pueblo. Ha sido un excelente maestro de su profesión y gran emprendedor. Restauró edificios por toda España a excepción de Galicia y Cataluña durante más de veinticinco años. Los obreros que tuvo, hoy ya jubilados, le recuerdan por sus técnicas de trabajo que supo transmitirles, además del buen trato que de él recibieron como empleados a su servicio. Segovia, gran luchador y muy preocupado por su oficio, se dedicó a restaurar y rehabilitar monumentos históricos. La Cámara de Comercio e Industria de Madrid, en el año 1.990, por su tesón y grandes esfuerzos, le concedió el Diploma de maestro cantero "que utiliza técnicas artesanales en sus trabajos". La huella de Alfonso se observa en diversos lugares: Archivo General de Simancas (Valladolid); catedrales de Toledo, Almería, Astorga, León; en Madrid en la catedral de la Almudena, ampliación del Museo del Prado,.... Pero en Zamora ¿Cuál fue su labor? En la catedral bajó el tejado, que hizo con piezas de piedra y no con tejas, además de subir tres hiladas la fachada, para que aquél no se viera desde la distancia; rehízo algunos paños de la muralla; diversas obras en la fachada del Palacio de los Momos (estilo gótico); en las iglesias de Santiago del Burgo (siglo XII), Santa María la Nueva (ábside y portada sur), San Juan...; En Benavente estuvo restaurando el tejado de la iglesia de Sta. Mª de Azogue, en la que colocó una original serie de piedras nuevas; en San Pedro de la Nave (iglesia visigótica) al cambiarse su ubicación. También vemos su presencia en el monasterio de Moreruela (siglos XII-XIII), en Coreses.... Los moralzarzaleños se sienten hoy orgullosos de haber tenido como vecino a Alfonso.