En algunas ocasiones cuando era Secretario general de la UGT, como Procurador del PSOE, como coordinador del Grupo de Amnistía Internacional de Zamora y en reuniones y asambleas a las que he asistido en pueblos como Toro, Benegiles, Torres del Carrizal, Coreses, Sanzoles, Moraleja, Villalpando, Benavente, etc? he escuchado a afiliados, simpatizantes o socios de esas organizaciones decir " Mi ilusión es que un día podamos encontrar los restos de mi abuelo, tío, padre, hermano, ? y poder darle sepultura cerca de nosotros, tener un lugar para llevarles flores o poder hablar con ellos, es lo menos que se merecen personas que fueron asesinadas por el simple hecho de ser de izquierdas".

En el cementerio de Zamora, el otro día, asistiendo a un entierro, una abuela me contaba la triste historia de su niñez y me decía: "sueño a veces con un país en el que se cuente realmente lo que pasó en la guerra civil y en todos los años posteriores del franquismo, que los jóvenes lo escuchen, no por venganza hacia nadie sino para que una cosa como esa no vuelva a pasar nunca más".

Cuando les pregunto qué es lo que han hecho para poder encontrar a los familiares que siguen sepultados en cunetas o a las orillas de las tapias de los cementerios me dicen que las administraciones siempre les contestan lo mismo: en 1977 el parlamento español aprobó la Ley de Amnistía y esa Ley es un compromiso de todos para perdonar y olvidar y así garantizar una convivencia pacífica.

En los 40 años que han pasado desde la aprobación de la ley de Amnistía, ningún poder ni ningún gobierno ha hecho nada para reparar a las víctimas de crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo; lo único que se ha hecho de forma consuetudinaria es obstaculizar el acceso a la justicia de quienes han buscado a sus seres queridos investigando archivos o solicitando escavar donde creían que estaban.

En España tenemos una deuda de Derechos Humanos pendiente, deuda que no tienen países como Italia, Francia o Alemania, por poner sólo 3 ejemplos, países con periodos de guerra y con casos de crímenes de derecho internacional que han conseguido en cierta manera la verdad, la reparación y la justicia a las víctimas.

Amnistía Internacional ha puesto en marcha una campaña estas navidades denominada "Esta Navidad Toca" en la que vuelve a denunciar esta situación recordando al Gobierno español que la justicia y el reconocimiento de estos crímenes no pueden depender de la suerte que tengan las familias cuando investigan o buscan a sus familiares. En el estudio-investigación que ha realizado esta organización se recuerda que aunque no hay datos oficiales, se calcula que cerca de 114.000 personas fueron víctimas de crímenes de derecho internacional sólo entre 1.936 y 1.951. Delitos que no prescriben, pero que no se investigan por esa Ley que ha cumplido 40 años.

En el breve tiempo de esta campaña más de 218.000 personas han pedido que se den pasos para garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas de esos crímenes.

Amnistía propone 10 recomendaciones al Congreso de los Diputados, citaré las más importantes:

? El Congreso debe perseguir los crímenes de ese periodo y pedir perdón por ellos a los afectados.

? Debe crearse una Comisión de la Verdad.

? Debe ponerse en marcha un instrumento eficaz para investigar la búsqueda de niños y niñas robados.

? Debe ser el Estado quien investigue, adopte medidas para exhumar las fosas, identifique los restos y los devuelva a las familias.

? El Estado debe anular legalmente las sentencias que se realizaron violando los principios fundamentales del derecho y la justicia.

Mientras más tiempo pase más difícil será investigar y encontrar los restos. El tiempo incrementa los obstáculos para garantizar el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación de los afectados.

La política practicada de amnistía y olvido de crímenes tan graves como la tortura o la desaparición forzada, por utilizar un lenguaje suave, no son el camino para evitar que se cometan nuevas violaciones de derechos humanos sino la forma más rápida de que se repitan.