Juan Carlos de Borbón, rey emérito, cumplió ochenta años en vísperas de la festividad de los Reyes Magos y entre los artículos dedicados a glosar su figura y su largo reinado (casi cuarenta años, tantos como Franco) leo uno firmado por el periodista Luis María Anson, un conspicuo monárquico que fue miembro del Consejo Privado de su padre, el conde de Barcelona. El título, "Artículo para don Juan Carlos", invitaba a pensar que la mayor parte del texto estaría dedicado al anciano monarca, pero curiosamente la protagonista principal es su hija, la infanta Cristina, que, por cierto, no aparece en la foto de familia ofrecida después de la celebración. Anson inicia su artículo recordando que el rey Juan Carlos le pidió que acompañara a la Infanta, entonces una adolescente de 15 años, a su primer acto público en la Universidad de El Escorial. Y luego traza brevemente la biografía de Cristina como empleada de la Caixa de Cataluña, hasta su boda y su posterior implicación en el "caso Nóos", en la que hubo un intento de chantaje por parte del seudosindicato Manos Limpias que su abogado Miquel Roca, dice Anson, "tuvo la inteligencia de no aceptar" (los chantajistas pedían la entrega de 3.000.000 de euros a cambio de retirar los cargos). Además, aprovecha el ilustre periodista y miembro de la Real Academia Española para dedicarle un párrafo poco caritativo al juez instructor de la causa, de quien dice que aspiraba a juez estrella y "se regodeó en prolongar la instrucción y el linchamiento público de la Infanta". Y otro, con la misma intención, al juez Juan Pedro Yllanes, que era el presidente de la Audiencia que sentó a Cristina en el banquillo. Jueces los dos, de "cuya independencia no hay que dudar", dice Anson cubriéndose las espaldas aunque no deja de situarlos en la órbita de Podemos. La malicia es una de las artes que mejor maneja el veterano periodista y llegados casi al final del artículo uno se preguntaba porqué había tanta diferencia entre el título del artículo y su contenido hasta que llego al párrafo final. Dice así: "Conozco a don Juan Carlos desde la adolescencia y, tras la muerte de Álvarez de Miranda, soy el único consejero del Consejo Privado de su padre que queda vivo. Mañana cumple 80 años el hijo de Juan III y he escrito este artículo como deferencia al rey que junto a Carlos I, Felipe II y Carlos III, ha encarnado uno de los cuatro reinados más importantes de la Historia de España". Acabáramos. Como en las mejores novelas de Agatha Christie la solución al enigma viene al final. El señor Anson, como conspicuo monárquico de probada ejecutoria (fue el miembro más joven del Consejo Privado de don Juan y ahora es el único que permanece vivo) se merece un título honorífico. Un marquesado, por ejemplo, como el de Vicente del Bosque. No se lo dio don Juan Carlos, por las razones que sean, y ahora le corresponde la oportunidad a su hijo Felipe.