Su rastro se perdió hace 16 meses en la localidad de A Pobra do Caramiñal. Dieciséis meses de incertidumbre. Dieciséis meses repartidos entre la esperanza y el desaliento. Dieciséis meses de sufrimiento para los padres de Diana Quer. A punto de que 2017 doblara la cerviz, la denuncia de una muchacha a la que a punto estuvieron de secuestrar con resultado posiblemente de muerte y las investigaciones que ya iban por el mismo camino, pusieron al descubierto la horrible realidad: la muerte de Diana. Y sobre todo pusieron al descubierto la identidad de su asesino, José Enrique Abuín, El Chicle. No quisiera encontrarme con un tipo así ni de día ni de noche.

Conocemos ya todo lo sucedido, ¿todo? Ahora, lo realmente importante, a diferencia de otros casos, es que el presunto ha confesado y el cuerpo de la joven madrileña ha aparecido en un pozo de una nave de Rianxo. No hay esperanza porque no hay vida, pero hay certeza. Los padres podrán por fin llorar a la hija. Los padres podrán por fin descansar cuando el cuerpo de la hija descanse definitivamente. Otros padres, como los de Marta del Castillo, han tenido menos suerte. Ni pueden descansar ni pueden llorar en paz a su hija Marta.

Cómo es posible que El Chicle haya cantado, y todos los implicados en la muerte de Marta sigan burlándose no sólo de la familia, también de la Policía que está en la obligación de actuar con más rigor, como lo están los Jueces que han intervenido en el tristemente célebre caso de Marta del Castillo. Aquí cabría aplicar aquello de 'entre todos la mataron?' Una pena. Por el propio cuerpo de la niña, por sus padres y por ese abuelo coraje que nunca arrojó la toalla.

Con El Chicle no puede haber contemplaciones. Es un asesino confeso. La ley no puede burlarse a través de esos recovecos absurdos en los que a veces se amparan los delincuentes. No puede haber impunidad, no puede habar mano blanda. Da la sensación de que El Chicle es un violador y un asesino en serie. Tampoco se puede aplicar el tradicional buenismo español con gentuza de esta calaña. Ya se han oído voces hablando de que estamos ante un "enfermo". Que no empiecen a buscar justificaciones ni argucias. El Chicle no es ningún enfermo. Aunque ya saldrá por ahí alguien que busque atenuantes por esa causa. "Que se pudra en el infierno" ha dicho la madre de la víctima. La mayoría pensamos de igual manera.

Personas como este individuo son un riesgo para las mujeres en general y las jovencitas en particular. Y está casado y en apariencia vive una vida ¿normal? Pero sobre su conciencia lleva un montón de tropelías. Cuan cerca estaba el asesino de Diana. Que bien se camufló tras el vil asesinato. ¿Cómo ha podido pasar semi desapercibido a lo largo de 16 largos meses? Y digo semi desapercibido porque al parecer la Guardia Civil sospechaba del tipo este. Ahora, muchos pretenden restar importancia al trabajo de investigación realizado por la Guardia Civil. Hay que decir que más pronto que tarde, El Chicle habría caído. Ha sido antes de acabar 2017 que se despidió con esta mala-buena noticia. El caso Diana se ha resuelto. ¿Para cuándo el caso Marta?