García Sánchez, último conde de Castilla, nació en Toro hacia el año 1.009 y murió en León en 1.029. Sucedió a su padre Sancho García, que estuvo bajo la protección de Sancho III de Navarra. En el año 1.028 fue declarado mayor de edad y demostró su valor combatiendo a los musulmanes. Los orígenes de condado de Castilla se remontan a una división administrativa del reino astur-leonés surgida en el siglo VIII. Estuvo situado originariamente en la zona de la Bardulia (norte de la provincia de Burgos), nombre que procede de los bárdulos que la habitaron. El primer conde de Castilla fue designado, hacia el año 860, por el rey Ordoño II y su nombre fue Rodrigo. Con el paso del tiempo fue ganando mayor independencia respecto al reino de León, según fueron evolucionando los hechos militares y políticos de la región. Fernán González fue el primer conde independiente de Castilla, quien gobernó entre 930 y 970. La paulatina independencia y cada vez más fuerza de los castellanos, se basó en las divisiones y dificultades dinásticas y militares dentro del reino leonés, así como las continuas alianzas que tuvo tanto con otros reinos peninsulares como con los musulmanes. El condado de Fernán González, fue sucesivamente dirigido por su hijo García Sánchez, y a éste, sus herederos, siempre de padres a hijos: Sancho García y García Sánchez del que aquí tratamos. Sobre los apellidos, aconsejamos a nuestros lectores leer uno de nuestros pasados artículos (LA OPINIÓN-EL CORREO, 5 de septiembre).

Los datos que conocemos de García Sánchez son muy escasos y su muerte ha pasado al campo de lo legendario, originando cantares de gesta y del romancero. Cuando falleció su padre en el año 1.017, el nuevo conde, de siete años, era menor de edad, lo que motivó que su tía Dª Urraca (abadesa en Covarrubias) se encargara de la regencia, junto con un consejo de notables castellanos. En León mientras tanto, reinaba Alfonso V y en Navarra Sancho III, que estaba casado con una hermana del joven conde castellano llamada Munia. Al aproximarse la mayoría de García, se hizo necesario buscarle una esposa, elegida como candidata la princesa leonesa Sancha, hija de Alfonso V, quien aportaría como dote un conjunto de tierras en torno a los ríos Cea y Pisuerga, poniendo fin así al conflicto territorial entre León y Castilla. El matrimonio se iba a celebrar en 1.028 cuando el nuevo conde alcanzase la mayoría de edad, sin embargo, en esta fecha se produjeron dos hechos fundamentales que impidieron el enlace: el primero fue que Alfonso V murió en el asedio a Viseo (Portugal), pasando el trono a su hijo, también menor de edad, Bermudo III. El segundo fue que, estando ya en León García, falleció junto a sus caballeros, en extrañas circunstancias de las que se han dado varias versiones sin que se conozca en realidad cuales fueron, por lo que el matrimonio no se efectuó. La Crónica Najerense, escrita cien años después, habla de un asesinato, junto a la iglesia de San Juan Bautista de León, ciudad donde se iban a celebrar los esponsales; otra fuente indica, que fue asesinado por venganza por miembros de la familia alavesa de los Vela, a los que Fernán González les había arrebatado numerosos territorios. Algunos historiadores medievalistas piensan que Sancho III organizó un complot, por ser el más beneficiado al estar casado con Munia, con lo cual pudo anexionarse Castilla. A pesar de todo ello, no existe evidencia histórica alguna de que García Sánchez fuera asesinado, ni mucho menos de que el rey pamplonés estuviera involucrado en ello. Para los interesados en esta época, oscura y conflictiva, aconsejamos la lectura de la obra de José Ignacio Ortega, titulada "Breve historia de la Corona de Castilla".