Federico Requejo Avedillo fue un político español de la época de la Restauración Borbónica, que había nacido en Bermillo de Sayago en el año 1855; fue Diputado a Cortes, Gobernador Civil de Madrid, Subsecretario de Instrucción Pública y de Hacienda. Cuando fue nombrado Presidente del Tribunal de Cuentas, renunció al cargo de Diputado a Cortes por Bermillo de Sayago.

En el mes de noviembre del año 1912, el pueblo que le vio nacer le dedicó una jornada de homenaje en la que los sayagueses le demostraron el gran cariño y agradecimiento por la importante labor que don Federico Requejo había hecho por la Comarca de Sayago y toda la provincia de Zamora. En aquella jornada, el político que había venido representando a los sayagueses como Diputado, presentó a su hijo don Manuel Requejo que le sucedería en la representación política de la Comarca.

La localidad de Bermillo dispensó un caluroso recibimiento a su preclaro hijo. En aquella fecha concurrieron a un gran banquete mil doscientos comensales que compartieron el yantar que espléndidamente pagó el señor Requejo.

Desde que rompió el alba de aquel día, se sucedieron las detonaciones de cohetes y bombas; una banda de música zamorana recorría las calles de la villa entonando marchas y pasodobles, la alegría de las gentes precedía a la llegada de los señores Requejo, padre e hijo. Entre tanto, llegaban forasteros de todas las partes, destacando un extraordinario número de jinetes procedentes de Fermoselle.

Resalta el informador que, sobre las nueve de la mañana, llegaba un coche arrastrado por magnífico tiro que conducía Tomás Pintas, un conocido transportista zamorano de aquellos tiempos.

Cuando la bocina del coche anunciaba la llegada del ilustre político, se desbordó el entusiasmo y las aclamaciones se sucedieron. Durante cerca de tres horas, los señores Requejo, padre e hijo, estuvieron estrechando manos de los más de mil visitantes que acudieron a la recepción organizada al efecto.

Por la tarde, don Federico dirigió la palabra a todos los asistentes para agradecer tan caluroso recibimiento, prometiendo seguir sirviendo con diligencia a todos desde los puestos que se le encomendasen.

La ciudad de Zamora recuerda a don Federico Requejo, con el nombre de la Avenida de Requejo. En Bermillo de Sayago hay un busto de bronce del señor Requejo colocado frente al Ayuntamiento.