Han transcurrido ya casi dos meses desde que comenzó el reto/provocación del soberanismo catalán en España. Desde entonces no se habla de otra cosa y el Partido Popular ve con buenos ojos que no haya hueco informativo para decisiones judiciales como la del caso Gürtel, o el dinero que no se va a recuperar del rescate bancario o las grandes manifestaciones de varias autonomías pidiendo más financiación e igualdad de trato fiscal.

La imagen de España que más se ha repetido en los medios internacionales en estos últimos días es el referéndum del 1-O en Cataluña, y la acción represiva de la Policía y Guardia Civil le dio la vuelta al mundo. Ya entonces hubo gestos solidarios a los heridos en España y en el ámbito internacional. Pero la sociedad española se polarizó entre los que defendían la unidad de España por encima de todo y los que pedían diálogo sin condiciones.

Y así más de 60 días copando portadas con el tema catalán. Y, por ejemplo, no se han hecho eco que España y Arabia Saudí firmaran un acuerdo para clasificar la información relativa a la venta de armas, o apenas se ha escuchado que el Gobierno da por perdidos 41.000 millones de euros de los 54 mil millones que les prestó a la banca.

El Partido Popular ha visto cómo el fiscal del caso Gürtel probaba los pagos en B registrados en los papeles de Bárcenas y ratificaba que el partido tenía un método corrupto de contratación en el Gobierno. Y que eso era "costumbre natural" de los populares de la gaviota azul desde hacia tiempo. También la Audiencia Nacional ha llevado al banquillo de los juzgados al PP y a su actual tesorera Carmen Navarro por la destrucción y encubrimiento de los ordenadores de Bárcenas. Hasta el propio presidente Mariano Rajoy tuvo que declarar en el juicio del caso Gürtel para negar que cobraran sobres de dinero negro. Sin embargo la fiscalía del caso ve acreditado que el PP se lucró de forma ilegal. Una información que apenas ha sido comentada en los medios. Aunque Rajoy y sus peperos estén a la cabeza del partido más corrompido de Europa, todo esto no les intranquiliza lo más mínimo, ya que el desafío independentista de Catalunya ha acaparado todos los titulares en los medios de comunicación. Y la corrupción y la pésima gestión del PP en temas sociales y políticos se ha disuelto cual azucarillo, obviando los más de 45.000 millones de euros de corrupción anual.

La OCDE nos saca los colores y seguimos siendo el tercer país con más desigualdad y más pobreza -sobre todo infantil- de la UE. Tenemos más de medio millón de hogares a los que se le cortan la luz por impago. Pero el presidente de la compañía Iberdrola (Ignacio Sánchez Galán) cobra 43.000 euros diarios. Curiosa nación soberana en la que las grandes eléctricas (Endesa, Gas Natural Fenosa e Iberdrola) ganan 4.300 millones en nueve meses (desde comienzo de la crisis económica en 2008 serían ya 57.000 millones), mientras el recibo de la luz nos sube un 13%. Y de paso, el patrono Galán amenaza con cerrar dos centrales de carbón, con la eliminación de numerosos puestos de trabajo y esquilmar la riquezas de algunas regiones.

Una gran parte de la economía sumergida que hay en España -alrededor de 253.000 millones, según datos de Gestha- se encuentra en paraísos fiscales, lo que acarrea que el Estado deje de ingresar cada año cerca de 90.000 millones. Y el importe de depósitos y patrimonio de los españoles en el exterior es de más de 200.000 millones de euros, de los que 154.000 millones estarían ocultos en esos paraísos. Todo esto queda de tapadillo con la matraca catalana y el art. 155 de M. Rajoy.

El presidente del Gobierno no tiene un mínimo de palabra y de honor sobre el pacto de la reforma constitucional. Ahora se echa para atrás y solo quiere pequeños retoques, maquillaje de alguno artículos y nada más.

La mentira piadosa, con sus muchas clasificaciones, están permitidas en la Obra -Opus Dei-, sin ninguna clase de escrúpulos para conseguir sus fines. Por el bien de la Obra se puede mentir siempre. Y según sus doctrinas se debe de usar la mentira para conseguir adeptos en el Estado, o bien colaborar en fraudes al Estado. Al posible uso de estos embustes las denominan mentiras de sedición.

Aquí en España, nuestros políticos han debido frecuentar las aulas y capillas de la Obra, y así mienten casi todos con un gran inventario de engaños y trolas. El PP oculta sus vergüenzas de corrupción con el bandazo represivo del art. 155 y de resurgimiento del españolismo patriotero. Puigdemont y sus exconcellers mintieron descaradamente a los suyos, reconociendo ahora que la independencia que prometieron no se podía lograr; no estaban preparados. Pésanchez ni fu ni fa, ni miente ni dice nada; se difumina en un gran silencio y en una vorágine de hoy digo una cosa y mañana la contraria. El problema es que el bipartidismo (socialdemocracia neoliberal) con sus acólitos de Cs olvidan los verdaderos problemas de la gente. ¿Hasta cuándo les consentiremos esa sarta de mentiras pseudopiadosas o sediciosas?