Empieza ya a oler a elecciones, igual que a Navidad, y no solo a las regionales de Cataluña sino, si las cosas vienen mal dadas y los independentistas vuelven a ganar y a hacerse con el poder, también a las generales, forzadas por la debilidad del Gobierno, por más que Rajoy rechace tal probabilidad. Precisamente que Rajoy no volviese a ser candidato sería un gran alivio para todos, y muy especialmente para muchos votantes del PP. Y es que por más que se postule a si mismo para continuar al frente de todo, del partido y del Ejecutivo, Rajoy es de los que vence pero nunca convence. Dice que se encuentra bien, pues mejor que mejor para irse y saber retirarse a tiempo.

Pero, por si acaso, su equipo ha comenzado ya a lanzar nada sutiles globos sonda, que como es habitual a la hora de la verdad quedarán en nada o poco pero que al Gobierno le sirven, junto a las encuestas del CIS, para saber el derrotero de las cosas y de los asuntos pendientes. Y como saben que uno de los sectores más numerosos e influyentes a la hora del voto, aunque también uno de los más divididos, es el de los jubilados y pensionistas en general, más de ocho millones, el ministro Montoro ha saltado a la palestra una vez más, con una especie de caramelo en mano, asegurando que habrá que repensarse no solo las rebajas en el IRPF del año próximo, algo ya acordado en el pacto con C´s, sino también el rebajar los impuestos a las personas de cierta edad, ha dicho textualmente. Sin explicar, claro, lo principal: que entendería el Gobierno por cierta edad. Pero ha dado una pista al continuar afirmando que lo merecen por los esfuerzos realizados. Un proyecto que se ejercería a través de una prima fiscal en el impuesto sobre la renta y que entraría en vigor el año que viene. Si antes se aprueban los presupuestos del Estado gracias a que el PNV preste su ayuda de nuevo, lo que tampoco volverá a ser gratis sino todo lo contrario, aunque ahí ha quedado ya el cupo vasco. Lo que se pretende también, según el ministro, es incentivar el consumo, que pese a los fuegos artificiales de tan pregonada recuperación económica y bla, bla,blá, solo se manifiesta con potencia en ocasiones puntuales, como ahora con el black friday, un viernes negro muy ancho del que según los datos se han beneficiado, comprando con importantes rebajas en los precios, un 25 por ciento de los españoles, con una media de gasto de 200 euros tanto en el comercio electrónico como en el tradicional.

Puede que se quiera contentar y compensar un poco a los pensionistas del enorme deterioro que están sufriendo en cuanto a poder adquisitivo se refiere. Mas lo cierto es que en 2018 lo previsto es que las percepciones continúen en esa subida ridícula, una auténtica y miserable burla, del 0,25 por ciento, que solo el PP se empeña en sostener, con toda la oposición y los sindicatos en contra. Un indice de precios, un IPC anual, que se acercara al 2 por ciento y al que hay que hacer frente con un 0, 25. Todo mientras el dinero público se derrocha a manos llenas, prosiguen los juicios contra políticos por casos de corrupción, y en las cárceles hay golpistas. Pero los de una cierta edad siguen sin reaccionar.