Un periódico zamorano, de 22 de noviembre del año 1917, hacía reseña de una velada que se celebró en los salones del Ayuntamiento, en honor del ilustre zamorano don Eustaquio Nieto, obispo de Sigüenza, que había venido a visitar su ciudad natal.
La Corporación Municipal quiso homenajearle con un festival artístico-literario, en el transcurso del cual se interpretaron escogidas obras musicales por la Orquesta del Maestro Haedo, y por el pianista Miguel Berdión.
Varios poetas dieron lectura a piezas literarias inspiradas en costumbres, personajes y lugares emblemáticos de nuestra tierra.
La musa de aquellos poetas plasmó los encantos, las gracias, la belleza y el donaire de la mujer zamorana, que había dejado escrito don Ursicino Álvarez en aquella letrilla netamente zamorana, cuyo estribillo son tres modismos provinciales: "tó, buena gera y velay" y se titula La Moza:
En una casa de Cabañales,
Conforme sales al Perdigón,
Vive una moza que hace la vera
Con "buena gera, velay y tó"
Dos uvas tintas son sus dos ojos,
Sus labios rojos como el carmín.
De entre ellos sale, con voz ligera
El "buena gera, tó y velay"
Su faz de rosas, búcaro y rollo,
dulce es cual bollo de coscarón,
y esta dulzura la hace hechicera
el "buena gera, velay y tó"
La sayaguesa mantilla viste
Y al baile asiste de tamboril
Tan moñitiesa, tan sandunguera
Que "buena gera, to y velay"
Con un pañuelo de lentejuelas,
Sus castañuelas y su jubón,
Si cualquier mozo sola la viera
¡Ay! "buena gera, velay y tó"
Con gargantilla, rica en corales
Va en Carnavales a San Martín
Y espanta al máscara que es calavera
Con "buena gera, velay y tó"
Luego, si pasas por Cabañales,
No le regales con intención,
Que a esas promesas responde fiera
"cá, buena gera, velay y tó"