E1 poder y la política viven y avanzan por separado y su divorcio merodea a la vuelta de la esquina. Por un lado existe el poder, que campa a sus anchas por las extensiones globales, libre del control político e independiente para seleccionar sus propios objetivos; por otro, está la política, despojada de casi todo su poder. Y nosotros, pobres e infelices ciudadanos de a pié, estamos abandonados a nuestros propios recursos individuales, terriblemente inadecuados frente a las grandiosas tareas que afrontamos y a otras más importantes a las que sospechamos que seremos expuestos, a menos que encontremos una forma de detenerlos.

Gerardo Seisdedos