Poco después que Rajoy pretendiese tranquilizar, o más bien tranquilizarse a sí mismo, sobre unas probables elecciones generales si los independentistas vuelven a ganar en Cataluña, una posibilidad que ni el mismo presidente del Gobierno puede descartar dado que no está en su mano que así sea, y mientras continuaba el primer juicio de la Púnica, se supo que la Audiencia de Madrid llevaba al PP a sentarse en el banquillo por destruir los ordenadores de Bárcenas. Más tarde, en el Congreso, y en la sesión de control del Ejecutivo por parte de la oposición, tuvo Rajoy que aguantar como el de Podemos, Iglesias, refiriéndose al presunto cobro de dinero en negro por parte de los sobres del ex tesorero, llegaba a llamarle delincuente. Y aun luego, en la misma sesión, otro sapo más cuando el Rufián ese, portavoz de la separatista Ezquerra del encarcelado Junqueras, le mostró unas esposas afirmando que esperaba verle con ellas puestas algún día.Todo eso entra en el cargo y en el sueldo, y Rajoy se defendió como pudo,y a recordando una vez más a los de Podemos los oscuros fondos recibidos de Venezuela e Irán, algo que sin embargo por ahora no se ha podido demostrar pese a las numerosas denuncias efectuadas.

Pero seguramente lo que peor haya sentado a un Rajoy que se empeña en querer acabar la legislatura como sea y aun se ofrece implícitamente para continuar al frente del PP y volver a ser su candidato cuando quiera que tengan que ser convocados los comicios, habrán sido unas paralelas y concomitantes declaraciones en una revista de su antecesor y no se sabe si amigo, aunque ahora no lo parece en absoluto, Aznar, Porque mientras Rajoy aseguraba encontrarse bien y con buen ánimo, dispuesto a seguir, vamos, el ex presidente y también ex presidente de honor, contestaba en una entrevista que dos mandatos eran suficientes, como hizo él en su momento.Y en eso tiene plena y absoluta razón, como en otros temas, por ejemplo cuando denunció la inviabilidad económica de las autonomías. Ocho años es tiempo bastante, menos es insuficiente, más es entrar en caminos arriesgados, en todo caso es plazo que basta para servir a la sociedad que le eligió en su momento. Esa limitación obligatoria en el desempeño de los cargos que quiere implantar C´s acabaría con esa casta de vividores de la política, que pasa de uno a otro puesto o cargo sin hacer nada relevante en ninguno, como ocurre con muchos parlamentarios que acaban con una dorada jubilación en sus escaños sin hacer mas que apretar el botón que les manden. Pero PP y PSOE se resisten como gato panza arriba a dejar el chollo.

A Aznar le proponen todos los días fundar un nuevo partido, ha reiterado, pero no lo hará, pues no se arrepiente de haberse retirado de la política activa. De otras medidas de su dos mandatos reconoce que sí se arrepiente, pero solo él sabe si en el fondo de su alma lamenta la foto de las Azores. Su tono crítico se acentúa cuando asegura que no reconoce al actual PP, del cual aunque renunció a ser presidente de honor sigue siendo militante, aclara. Solo que Aznar es ya pasado, y el desgaste de Rajoy resulta cada día más evidente por muchas causas, y pase lo que pase en Cataluña.