Pasar de las palabras a los hechos, de los estudios a la realidad, de las intenciones a la implicación de todos, no es nada fácil. Sea cual sea el proyecto que se acomete, no lo es. Ya tenemos muchos ejemplos de propuestas ilusionantes que se han quedado en poco más que humo que ha ido desapareciendo a medida que iba pasando el tiempo.

Nadie duda de que el vino y la cultura y tradiciones que en torno a él se han ido forjando con el paso de los siglos, es uno de nuestros principales valores de presente y futuro, a la vez que una posibilidad cierta de desarrollo para Zamora. Toro, Arribes, Tierra del Vino y Valles de Benavente son un claro exponente de la riqueza y variedad de un territorio, dentro de un sector concreto que tiene aún mucho que decir en esta provincia.

Desde hace unos cuantos años, la Diputación Provincial se ha fijado, como uno de sus objetivos estratégicos, la creación, certificación y puesta en valor de las cuatro posibles Rutas del Vino que, en torno a esos cuatro espacios vitivinícolas zamoranos (compartidos con Valladolid y Salamanca, en las DO Toro, Arribes y Tierra del Vino), tienen posibilidades de salir adelante en poco tiempo. El momento ha llegado con el lanzamiento de dos de ellas y la posibilidad de que las otras dos sigan su camino de forma inmediata.

"Zamora: una provincia, cuatro Rutas del Vino" puede ser una realidad promocional y que además nos facilite el instrumento necesario para mejorar una oferta turística más fuerte, más potente; la herramienta que complemente nuestros principales activos en torno al turismo y a la gastronomía, y por qué no, también la excusa perfecta para conocer un patrimonio único.

Las Rutas del Vino son herramientas, principalmente de ordenación de los recursos turísticos y de promoción de los mismos, en torno a unos criterios uniformes para todas ellas, en las que hay que buscar las fortalezas y singularidades de cada zona, para diferenciarlas y conseguir un producto competitivo y atractivo para los potenciales turistas, cuyo perfil suele ser exigente pero generoso.

La Ruta del Vino de Toro, creada en torno a una asociación que aglutina ya a 45 empresarios y Ayuntamientos, ha conseguido, en muy poco tiempo, generar una ilusión en la comarca como la que pudimos vivir en torno a Las Edades del Hombre. En ese momento desde la Diputación Provincial de Zamora se apostó decididamente por Toro, no solo en torno a la muestra de Arte Sacro, sino también en torno al vino a través de EnoToro. La DO se sumó a este proyecto con su apuesta firme a través de la bodega-museo que permaneció abierta durante toda la muestra y que tenemos que recuperar cuanto antes. Esta Ruta, en torno a la ciudad monumental e histórica de Toro, y a una comarca que no desmerece en absoluto a la ciudad. El Grupo de Acción Local Torguvi también se ha implicado en ello colaborando activamente con la asociación. La Ruta del Vino de Arribes del Duero, cuenta con 38 socios entre Zamora y Salamanca, y ya dispone de una ayuda directa de la Junta de Castilla y León para su puesta en marcha. Una ruta en un Parque Natural, que además es reserva de la Biosfera, única marca de la UNESCO que tenemos en Zamora y que nos costó mucho esfuerzo conseguir, tiene todos los ingredientes necesarios para conseguir ser diferente y exclusiva.

La Ruta del Vino de Tierra del Vino está dando sus primeros pasos, buscando un modelo de organización que será similar al de las dos anteriores, pero que hay que adaptar a la zona. Tenemos que aprovechar el conocimiento que ya se ha desarrollado en torno a Toro y Arribes y ponerla en marcha. Las bodegas tradicionales, la ruta monumental de la zona y la gastronomía pueden dotar de singularidad a esta ruta para hacerla diferente.

La Ruta del Vino de los Valles de Benavente también tiene características diferenciales que la pueden dotar de posibilidades reales de éxito. La ciudad de Benavente, las aguas del Esla, Tera, Órbigo, Eria y Cea, la Sierra de Carpurias, la ruta de arqueo turismo y la Ruta de la Plata son un activo muy importante a complementar con esta Ruta del Vino.

Una gestión coherente de las cuatro rutas, con promoción y actividades que complementen y desestacionalicen la oferta turística, puede ser la piedra angular sobre la que pivote el éxito de esta apuesta, en la que la Diputación Provincial se ha implicado desde el minuto uno. Este año se realizó una prueba deportiva en torno a EnoToro que resultó ser todo un éxito. ¿Por qué no crear un circuito en las cuatro rutas durante el año, que complemente a las propias rutas y las promocione? En ese caso fue el Triatlón, aunque podría ser cualquier deporte. Esta reflexión solo pretende animar a todos a que nos creamos de una vez que tenemos muchas posibilidades, a pesar de las dificultades, de crecer con nuestras singularidades es posible tener un futuro con mejores perspectivas.

Zamora cuenta con un patrimonio excepcional que tenemos que seguir poniendo en valor día tras día. Hoy con las Rutas del Vino, mañana con los espacios naturales, la Semana Santa, el turismo de aventura o cualquiera de nuestros valores seguros. Y todo esto, bajo el paraguas del turismo sostenible que nos permitirá seguir disfrutando de una provincia singular y única, que, además, es amable y acogedora con el turista. La provincia de Zamora es eso y más; es patrimonio cultural, gastronómico, natural, artístico y popular. En definitiva, Zamora es nuestra marca, Zamora es Patrimonio Sostenible. Cuidarla y promocionarla es tarea de todos.