La convocatoria electoral ha venido acompañada de una nueva manifestación en Barcelona en la que aquella parte de la sociedad catalana que es leal con la Constitución, ha reivindicado su españolidad sin complejos. Se ha hecho más claro que no hay una sola Cataluña. Parece acertado que la intervención decidida por el Gobierno, con un amplio apoyo parlamentario, sea breve y quirúrgica. No sería realista pretender resolver problemas muy profundos que se han generado en las últimas décadas con una intervención prolongada.

A algunos parece faltarles ese realismo cuando reclaman soluciones inmediatas para retos que van mucho más allá de lo político y de lo administrativo. Son en su mayoría retos culturales que no se resuelven sólo desde arriba. Y es muy importante, además, evitar en la medida de lo posible el victimismo de los secesionistas.

Valentín Abelenda Carrillo