No hay peor sordo que el que se niega a oír, ni mayor necio que el que confunde valor y precio. Sucede con los que estos días alzan la voz para entonar el mantra de que con la aplicación del código penal no se resuelve el conflicto catalán. Sí, sí, ya lo sabemos, nadie creo yo aspira a lo contrario. El conflicto catalán se resolverá algún día, si es que se resuelve y no permanece cuatro décadas más siendo una de las cuestiones insolubles y envenenadas de España, con recetas políticas, negociación, votos, educación o por aburrimiento.

La aplicación del código penal por parte de los jueces es otra historia distinta que surge de la obligación de impartir justicia y castigar a los que delinquen. En el caso del Govern catalán para resarcir al Estado de los cuantiosos daños ocasionados hasta ahora por el procés. Es lógico.¿Acaso alguien pensaba que iba a salir gratis?

Políticos democraticamente elegidos en la cárcel, se dice. Pues sí, por cometer supuestamente algunos de los delitos más graves e infligir a la sociedad perjuicios severos con reiteración y dolo declarando la separación de un territorio de España. ¿Les parece poco? ¿Tiene esto que quedar sin reparación porque a Junqueras, por ejemplo, no le viene bien para hacer su campaña electoral?

A Ignacio González, expresidente de la Comunidad Madrileña, lo votaron los ciudadanos y está en la cárcel también con prisión incondicional por su implicación en el "caso Lezo", que comparado con la sedición catalana es una nimiedad. Y ejemplos como ese hay unos cuantos repartidos por las prisiones. Por ser elegido no se obtiene carta blanca para cometer delitos tipificados en el código penal. Es fácil de entender y sin embargo no lo parece.