Nacido a finales del siglo IV, León fue elegido papa el año 440, después de haber sido diácono de Roma con los dos pontífices anteriores. En la historia de la Iglesia destaca, sobre todo, como defensor de la recta fe en tiempos de fuertes discusiones doctrinales, aunque también se le recuerda como quien salvó a Italia de los ataques de Atila y Genserico. Presidió el importante Concilio de Calcedonia, del año 451, que fijó la fe en la unión de las dos naturalezas (divina y humana) en Jesucristo, y cuyo documento fue recibido por el pueblo con estas palabras: "Pedro ha hablado por boca de León". Se conservan obras teológicas suyas de gran profundidad, como los sermones del tiempo de Navidad. Murió el año 461 y es considerado uno de los doctores mayores de la Iglesia latina.