Leyendo un artículo del doctor José Viosca, especializado en neurociencias, he llegado a enterarme que, gracias a un paciente norteamericano, llamado Henry Molaison, se sabe que el hipocampo es como un compositor que escribe las partituras de la memoria, aunque el papel donde queden grabadas sean las neuronas que se encuentran en otras partes del cerebro. Y lo dice porque el tal Molaison sufrió una operación, a la edad de 27 años, que le causó lesiones en varias partes del cerebro -de manera especial en el hipocampo- que le hicieron perder la capacidad de formar memorias capaces de mantenerse en el tiempo. Durante varias décadas, Malaison vivió atrapado entre el pasado y el presente efímero, incapacitado para crear nuevos recuerdos, ya que todo lo que vivía en cada instante se desvanecía en su mente en pocos segundos. De manera que nunca llegaba a saber con quién estaba hablando, o si había comido, o si había hecho intención de salir a dar un paseo. Sin embargo, en su memoria, permanecían intactos los sucesos acaecidos en el pasado lejano, antes de sufrir la citada operación. Merced a Molaison, fallecido hace solo nueve años, los estudiosos del cerebro saben ahora mucho más de la importancia del hipocampo en el funcionamiento de la memoria.

Pero como últimamente estoy muy susceptible, y todo me lleva a lo mismo, nada más acabar de leer este artículo, pensé si eso del hipocampo tendría algo que ver con la forma de reaccionar de algunos individuos, que, aunque tengan el hipocampo más sano que "Las tres Gracias" de Rubens parecen muy despistados. Y es que, desafortunadamente, hay gente que, aun no teniendo problemas cognitivos, ni otros relacionados con a la memoria, simulan haberla perdido, como subterfugio para no admitir los errores cometidos en cada momento y, consecuentemente, evitar rendir cuentas por ello. Así que, podría decirse que fingir no acordarse de las cosas, además de ser un ataque a la inteligencia y a la memoria de los demás, es querer aparentar tener un hipocampo tocado del ala.

Son los dirigentes políticos quienes más fingen padecer de sus hipocampos, ya que, con demasiada frecuencia, dicen no recordar lo que han prometido, o lo que han hecho mal recientemente, aunque sí recuerden, con meridiana precisión, los errores en los que han incurrido sus rivales políticos, a pesar de que se hayan producido en un pasado lejano, ya sea de cinco, diez o veinte años.

Muestra de ello la tenemos todos los días, cuando la oposición carga contra el gobierno por no querer tomar tal o cual decisión, y los inquilinos de La Moncloa les contestan diciendo que hace equis tiempo pudieron haberlo hecho ellos, cuando estaban en el Gobierno.

Obsérvese como al PP se le ha olvidado completamente lo que prometieron hace poco tiempo sobre la transparencia y la lucha contra la corrupción, aunque sí recuerden, de manera meridiana, los errores cometidos por el gobierno que les precedió, como, por ejemplo, lo de no querer aceptar que el país se encontraba al borde de una crisis económica de padre y muy señor mío, lo que les permitió acuñar aquel mantra de lo de "la herencia recibida"

Véase como a Podemos se les ha olvidado que, hasta hace muy poco tiempo, y de haberlo deseado, habría podido haber un gobierno alternativo al del PP, ya que les habría bastado aceptar otro integrado por Ciudadanos y PSOE. Pero, sin embargo, no se les ha olvidado el manido slogan de que Ciudadanos es la marca blanca del PP, y que el PSOE es una jaula de grillos que no sabe hacia dónde camina.

Compruébese como al PSOE se les ha olvidado aquello que ha venido repitiendo hasta la saciedad, a propósito de la necesidad de diálogo con los independentistas catalanes, para cambiarlo, de manera muy reciente, por lo de que el 155 es inevitable y, por tanto, es lo que toca hacer en este momento. No obstante, se siguen acordando de que con Podemos es peligroso juntarse y que con el PP no es bueno que le vean flirteando, aunque solo sea por aquello de la corrupción.

Por no faltar a la cita de estas burdas manipulaciones de la realidad, relacionadas o no con el hipocampo, no hay que olvidar a la formación de IU que, de manera milagrosa, se ha olvidado de la matraca aquella del derecho a decidir, para pasar a decir que España no debe ser fraccionada por nadie, y que ellos son un partido a nivel nacional, alejado de los nacionalismos periféricos.

De manera que, ante tantos olvidos respecto al reciente presente y tan excelente memoria sobre el lejano pasado, los ciudadanos no pueden sino mostrase perplejos. Una vez más, el batiburrillo del donde antes dije digo ahora digo Diego es lo que sigue primando, de manera que se hace menos difícil aceptar aquello de que la memoria tiene una base física, en la que se producen cascadas de interacciones moleculares y flujos de átomos circulando a toda pastilla por el cerebro, que es, más o menos, lo que los expertos en neurociencias se esfuerzan en explicarnos.