Se celebra el bicentenario del nacimiento de José Zorrilla, autor, entre otras obras, del inmortal Don Juan Tenorio. Una obra que fue de obligada presencia en la escena española durante muchos años. Los más grandes actores y actrices, encarnaron a Don Juan y Doña Inés. Era como una reválida para todos ellos. El Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos, don Juan se enseñoreaba de la escena española y de la tele única que en blanco y negro nos lo devolvía gallardo y altanero un año y otro.

Con la llegada del color, don Juan se difuminó. Incluso desapareció de los escenarios patrios. Cuántas veces lo eché de menos, apostillando en su memoria y al final de mi artículo, el consabido: "Quién lo había de decir. Quién lo había de pensar. Que el audaz don Juan Tenorio la tenía que diñar". Daba la sensación de que estaba muerto y enterrado. No contaban ni Zorrilla ni don Juan con otro audaz, Indalecio Campano y La Tijera Teatro que, haciendo honor a la tradición, reponen su recuerdo un año y otro en la escena del Teatro Principal. Teatro del nuestro, con los nuestros. Ese elenco maravilloso cuya actuación nos llena de satisfacción y orgullo a todos los zamoranos.

Gracias a La Tijera Teatro, tradiciones teatrales como el don Juan, tienen asegurada su supervivencia. Me alegro enormemente. Frente a las costumbres que importamos, fundamentalmente de Estados Unidos, grandes dosis de los nuestro. Se debería acostumbrar a nuestros niños a presenciar esta obra de teatro en concreto y tantas otras y alejarlos un poco de la parafernalia bárbara que nos llega de países donde si tuvieran una figura mítica como la de don Jun, apueste lo que quiera a que nos la ponían hasta en la sopa. En cine, en el mejor teatro de Broadway, en series de televisión y obviamente, reeditando una y mil veces la obra literaria.

Pero, hete aquí que don Juan es español y los españoles somos como un poco más dejados, no valoramos lo nuestro, no le damos la importancia debida y dejamos pasar las ocasiones. Y de verdad, salvo que esté mal informada, Don José Zorrilla no era franquista. Era de Valladolid. Es que ahora a la mínima, te sueltan esa consabida coletilla del franquismo y quienes lo hacen se quedan tan oreados. Don José Zorrilla no era sospechoso, aunque enterrado en el panteón de vallisoletanos ilustres en la capital del Pisuerga, murió en Madrid un 23 de enero de 1823 y Franco nació el 4 de diciembre de 1892. Vamos que el don Juan se salva de ser tildado de tal. Pero por si acaso. Ayer día 31, y este primero de noviembre, en el Teatro Principal de Zamora, Don Juan Tenorio vuelve a la vida, gracias a La Tijera Teatro.