Mis primeras palabras son de reconocimiento para el autor por la descripción histórica, geográfica, sociológica y sobre todo humana, también sentimental, que revela Amador por estas tierras de Sayago "huérfanas de agua", y más en este año de obstinada sequía. La publicación de este libro contrasta con la situación de crispación e incertidumbre por la que estamos pasando en nuestro País, por lo que hay que agradecerle esta aportación, que he tenido la satisfacción de prologar.

Antes de describir brevemente sobre el contenido de los "Relatos del corazón se Sayago", quisiera referirme a algunos rasgos de la personalidad del autor. Como es conocido su actividad profesional es la de Guardia Civil, culminando su carrera, después de un largo recorrido, con el grado de Capitán. Dentro del Servicio ha desarrollado múltiples y variadas actividades, que se han sucedido por las propias del orden público en el antiguo régimen franquista, a las de seguridad ciudadana ya en la democracia. También en servicios tan delicados como la investigación y docencia, para lo que se ha ido preparando durante toda su carrera. Es decir nunca ha dejado de trabajar y siempre ha estudiado para estar a la altura de la propia evolución de la sociedad española. Simultaneando con estudios y cursos de perfeccionamiento en la Universidad.

Al mismo tiempo ha sido (y sigue siendo) articulista y colaborador de varias publicaciones en revistas y periódicos. Una buena prueba de ello es la publicación de este libro que se nutre de los artículos publicados en este mismo periódico.

Amador es un personaje singular que se ha hecho a sí mismo al conservar una enorme curiosidad humana e intelectual. Por si fuera poco, ahora se ha convertido en un político, de momento en tareas municipales; ya veremos en que para. Eso sí con el empuje y entusiasmo de un adolescente, como si quisiera recuperar el tiempo en la vida civil y cooperar con urgencia en la construcción de una sociedad plenamente democrática, más justa y equitativa. Todo ello compatible con su declaración explícita de sayagués militante que ha vivido en el "exilio" demasiado tiempo. Sigue manteniendo esa pertenencia de ese Sayago donde caminan las personas, caminan las vacas, caminan las aguas y todo sigue quieto.

En relación al texto del libro, quisiera hacer una interpretación personal, más allá de su literalidad. Además de ser una aportación culta a la historia de Sayago y una buena parte de la provincia de Zamora, es un grito y una denuncia y por lo tanto una reivindicación social y política, al tiempo que es un homenaje a nuestros antepasados. Se queja, con razón que mientras otras Comarcas de Castilla y León y de España han ido adquiriendo más poder y nuevas responsabilidades, en Sayago ha sucedido lo contrario, porque estamos acosados por las fuertes restricciones económicas y presupuestarias. Por si fuera poco, según su expresión, "fuimos convenientemente educados para aceptar esta situación sin revelarnos",

Sostiene Amador, poéticamente, que quien ambicione penetrar en los secretos de los sayagueses, "debe dejarse guiar por las estrellas". Por eso es interesante acudir a la evocación de algunos títulos de sus artículos que dan contenido a esta publicación.

Inicia su descripción con los antecedentes históricos de Sayago, en la Tierra de paz y de silencio, con la Cultura de ritos y costumbres, así como los Cultos religiosos antiguos, las Creencias religiosas las supersticiones y curanderismo. Continúa por la Vestimenta antigua del sayagués, así como el Baile y el culto a los difuntos, seguido del Bautizo y la boda, también los Funerales. Analiza el Colectivismo, y el Áspero Sayago, también la Trilla. Describe los Inviernos de hace cincuenta años y un Día de primavera, con la Voz del viento, Vientos Óbregos, en busca de la belleza.

Sigue con sus relatos y nos demuestra que: También en Sayago se puede soñar y Retornar al lugar que te vio nacer, reconociendo que Luchamos contra Nosotros, tanto los Sayagueses de ayer como los de hoy. Continúa con los Veranos de mi juventud, los Narradores de historias, el Rito del mayo y el Fuego. No podía faltar una Historia de Pastores, un Sayagués en la División Azul; así como otras leyendas y tradiciones. Culminando con: A su lado con su mujer Sagrario, toda una vida.

La mayor parte de las narraciones tienen mucha enjundia, tanto literaria como de utilidad social. He seleccionado uno de esos relatos que me parece característico. Mientras tomaban el vermut el autor con sus amigos Juan y Avelino, dijo Juan: "Yo cumplí catorce años en marzo, de hace sesenta y siete y al día siguiente me ajuste de criado por tres meses para la dehesa de Carbellino. El día de san Juan, en vez de celebrar mi santo con un banquete con los míos, fui a Almeida a contratarme de criado de San Pedro a San Pedro; aún recuerdo la cantidad, 7.000 reales, menos de 2.000 pesetas al año. Solo tenía derecho a venir a casa de mis padres un domingo cada quince días. Salía de casa del amo con un hatillo al hombro al anochecer del sábado. En el hatillo llevaba la muda de la semana anterior, regresaba a casa del amo con ella limpia antes de la salida del sol del lunes".

Si me lo permite el autor, me tomaré alguna licencia sobre el empleo de los molinos en Sayago, en Zamora y en nuestra Comunidad de Castilla y León que lo expresa muy bien la letra de una canción popular. Es cierto que para ver molinos moliendo había que ir a Sayago, donde los mozos siempre dispuestos a ir al grano (nunca mejor dicho) no necesitaban farol y cantaban aquello de: "con la luz de cigarro voy al molino/si el cigarro se apaga, morena/ vamos al rio".