Del Viejo el Consejo, este es el título de un bello poema de D. José María Gabriel y Galán, que comienza diciendo: "Deja la charla Consuelo?".

Que las personas mayores sabemos mucho de la vida, nadie debe dudarlo, porque los años nos han permitido acumular conocimientos a través de experiencias vividas.

Muchas de estas vivencias son las que han dado lugar para crear multitud de refranes que siempre son lecciones de cómo comportarse ante determinadas situaciones y lo que conviene o no conviene hacer.

Cuando Sancho Panza iba a ser gobernador de la ínsula de Barataria. Don Quijote le dio algunos consejos, entre ellos: "También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles: que puesto que los refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates que sentencias".

"Eso Dios lo puede remediar - respondió Sancho - porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo, que riñen por salir, unos contra otros; pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo, más yo tendré en cuenta de aquí en adelante de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo; que en casa llena, presto se guisa la cena; y quien destaja, no baraja; y a buen salvo está el que repica; y el dar y el tener, seso ha menester".

"¡ Eso sí, Sancho ¡ - dijo don Quijote - ¡Encaja, ensarta, enhila refranes; que nadie te va a la mano! ¡Castígueme mi madre, y yo trompógelas! Estoite diciendo que excuses refranes, y en un instante has echado una letanía de ellos, que así cuadran con lo que vamos tratando como por los cerros de Úbeda. Mira, Sancho, no te digo yo que parece mal un refrán traído a propósito; pero cargar y ensartar refranes a troche y moche hace la plática desmayada y baja".

Aunque don Quijote se enfadó mucho con Sancho Panza por la costumbre que éste tenía de "ensartar" refranes con cualquier pretexto, hay ocasiones en las que es conveniente recordar algunos para decidir qué partido tomar en caso de dudas.

Y si entre tantos refranes como podemos recordar ninguno acomoda a un buen consejo, bastará el sentido común para tomar una decisión acertada.