C on gritos de "No estáis solos" infinidad de ciudadanos, muchos de ellos luciendo la bandera de España, mostraban su apoyo a los agentes de la Guardia Civil que han partido desde la Comandancia de Toledo hacia Cataluña. Y en verdad que no están solos, ni los de aquí ni los que han tenido que partir hacia allí, hacia ese territorio comanche en el que los nacionalistas y sus cachorros han convertido a Cataluña.

Zamora también aporta su pequeño contingente de voluntarios de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Lo que los hombres de la Benemérita y el Cuerpo Nacional de Policía están soportando en Cataluña y más concretamente en Barcelona los convierte en héroes. La labor que están desarrollando tiene un mérito digno de encomio. Allí se les sigue presentando como fuerzas represoras, como victimarios del pobrecito pueblo catalán que, al parecer, sólo componen los independentistas, y hay que echar sobre ellos toda la mierda verbal posible para que la violencia vaya tomando cuerpo. La violencia que, de momento, sólo se da por una parte, la de los que quieren proclamar unilateralmente la independencia y sus cachorros. Mientras, los tibios callan y los cobardes miran para otro lado.

Estoy al mil por cien con la Guardia Civil y con la Policía Nacional, esas "fuerzas represoras" tan necesarias, eficaces y eficientes. A su puerta es a la primera que se llama en caso de incendios, accidentes ferroviarios, riadas, delincuencia organizada, terrorismo y todo tipo de catástrofes naturales. Flaca memoria tienen los catalanes independentistas que no recuerdan los servicios prestados por la Guardia Civil en momentos terribles como la explosión del camping de Los Alfaques, en 1978, del que nos condolimos todos los españoles de bien, momentos que también lo hubieran sido de soledad si la Guardia Civil no les hubiera socorrido.

Cómo es posible que cuando Internet se convierte en guarida, haya quien se atreva a comparar a este Cuerpo, que de no existir habría que crearlo de inmediato, con "la Stasi, la KGB y la Gestapo" Hijoputas hay en todas partes crecen como por generación espontánea y se esconden en el anonimato de la Red, porque dar la cara es mucho pedirles no se la vayan a partir. Y no hay que ir de uniforme para enfrentarse a estos cobardes. Quién coño les ha lavado el cerebro para que digan que las familias de la Guardia Civil "tienen que vivir en Guetos o casas cuartel porque no se integran con la población". Conozco a un buen número de agentes de la Guardia Civil en Zamora que no viven en el cuartel y que salen a correr con otros ciudadanos, a jugar la partida, de romería o de lo que se tercie y, además, están al servicio de los ciudadanos.

No se puede consentir bajo ningún concepto que insultos de ese tipo permanezcan días y días en la red. Llamar a la Policía y a la Guardia Civil "sociópatas", es muy fuerte. Eso sólo puede argüirlo un sociópata de verdad. El señor ministro del Interior debe dejar de columpiarse y empezar a cortar por lo sano. Porque eso no es libertad de expresión. Eso es intoxicación. Y tan peligrosos son los intoxicadores como los que utilizan la violencia para manifestarse. Sólo que los cobardes que intoxican en la red bajo un pseudónimo están solos y la Policía Nacional y la Guardia Civil, no. Va por todos ellos.