El origen de la masonería es medieval. Fue una agrupación de canteros, con su propia simbología (regla, escuadra, compás, etc.), que se dedicaron a la construcción de las catedrales. Tenían unos estatutos propios y lugares de reunión llamados logias que se ubicaban junto a los edificios que construían. Jerárquicamente se dividían en maestros, compañeros y aprendices y tenían sus Patrones protectores: San Juan Evangelista, San Juan Bautista, etc., por tanto, muy influenciados por el aspecto religioso que predominaba en la sociedad de su tiempo. Sus reuniones se llaman tenidas y era obligación del masón acudir a ellas cuando se convocaban. Deben guardar un riguroso secreto de todo cuanto se habla y acuerda en las logias. Los usos y costumbres los han guardado celosamente y se han perpetuado con fidelidad hasta nuestros días. La simbología impregna todas sus manifestaciones.

La Inquisición impidió que se desarrollara en España como en otras naciones europeas, sin embargo, reaparece en el país con gran fuerza en el Trienio Liberal (1.820-23) durante el reinado de Fernando VII, y conocerá una mayor expansión durante el Sexenio Revolucionario (1.868-74), aprovechando la libertad que surge al ser destronada Isabel II. La masonería en España, nunca fue una asociación plenamente legal hasta que se instauró la democracia en el país tras la muerte de Franco, ello ha dado lugar a que haya estado envuelta en una nebulosa de leyenda y misterio. Durante la Dictadura fue muy perseguida. El 18 de Octubre, por sentencia del Tribunal Supremo de 3 de Julio de 1.979, quedaba legalizada, siendo su primer Gran Maestre, Luis Salat i Gusils (1.981-94). Las corrientes masónicas que más han influido en España han sido la inglesa y, sobre todo, la francesa (francmasonería). En la actualidad hay logias masculinas y femeninas con una ideología distinta: liberales, conservadoras, laicas, esotéricas, etc., así como de ámbito regional, nacional e internacional. Ello ha dado lugar a que el carácter religioso inicial se haya perdido y entren en contradicción con los principios católicos actuales. La Gran Logia Femenina de Francia, comenzó a funcionar a partir de 1.900. Desde la ciudad gala de Perpiñán, penetró en la Península, extendiéndose por Cataluña y, posteriormente, por algunas provincias españolas (Valladolid, Salamanca,....). En Zamora, que sepamos, no hay ninguna. Ana María Lorente, que ha pasado en alguna ocasión por Zamora, ha estado al frente de la Gran Logia Femenina de España, y ha hecho en la ciudad comentarios sobre la sociedad. Su puesto con posterioridad ha sido ocupado por Patricia Planas.

Cesáreo Fernández (LA 0PINIÓN-EL CORREO, 25 de Abril de 2.017) nos habla de las sociedades secretas de estos años, dice que durante el Trienio Liberal, algunas gentes que paseaban por Zamora, llevaban en sus sombreros cintas verdes, que era el distintivo de los francmasones, con la frase "Constitución o muerte". De igual forma, al Intendente de la ciudad Francisco Aguilar, en el levantamiento que hubo contra él en 1.823, el pueblo le acusó de masón, en cierto modo debido también, a que en una ocasión se presentó públicamente vestido de verde. Fernando VII, aprobó una R. O. de fecha 15 de Febrero de 1.826, para perseguir y acabar con todos aquellos que pertenecían a sociedades secretas.

En la actualidad, hay numerosos historiadores que investigan sobre la masonería que tanta importancia tuvo en los siglos XIX y XX, y especialmente en el primero, donde un gran número de intelectuales y militares de alta graduación pertenecieron a ella. A los interesados en temas esotéricos, aconsejamos la lectura del libro de Luis P. Martín titulada "La masonería en Castilla y León en el siglo XIX", publicada por la Diputación de Salamanca en 1.996.