Las campañas electorales se han convertido desde hace ya tiempo en una guerra de eslóganes simplistas y manipuladores en lugar de argumentos.

Eslóganes con los que se trata de cortocircuitar cualquier actividad reflexiva, apelando sólo a las emociones de un electorado fácilmente influenciable a través de las redes sociales.

Ningún partido parece libre de esa tentación, y los maestros en ese tipo de propaganda política, que han llevado muchas veces a la perfección, son sin duda los estadounidenses.

De ahí que no deba sorprendernos que la derecha ultranacionalista y xenófoba alemana haya decidido recurrir a una agencia de aquel país para la campaña a las elecciones generales de septiembre.

Los usuarios alemanes de las redes sociales pueden ver últimamente en sus páginas de perfil las rodadas sangrientas dejadas por los terroristas del Estado islámico en varias ciudades europeas.

Imágenes truculentas, acompañadas de la frase: "La huella europea de la canciller global", clara alusión a la campaña inicial de brazos abiertos a los refugiados de la veterana dirigente cristianodemócrata, Angela Merkel.

Con ese tipo de eslóganes tan mentirosos como groseros, la xenófoba Alternativa para Alemania -AfD- pretende arrebatar votos por la derecha a la CDU/CSU de la jefa de Gobierno del país central de Europa.

AfD ha contratado para ello los servicios del publicitario Vincent Harris, que ayudó al republicano Ted Cruz a lograr su escaño por Texas y colaboró también algún tiempo con la campaña digital de Donald Trump.

Uno de los vídeos proyectados en su día por Harris para la campaña de Trump y que cualquiera puede ver todavía en internet se titula "Bienvenidos al Estado Islámico de Alemania".

En esa Alemania del futuro, la catedral de Colonia se ha convertido en mezquita y en la famosa Oktoberfest muniquesa está prohibido beber cerveza o comer carne de cerdo.

Claro que aquí hay partidos y candidatos aficionados también a la brocha gorda: para muestra, el presidente del PP catalán, al negar en una entrevista que en España haya islamofobia y sí sólo "unos señores que han venido a aprovecharse de nuestro sistema".

Un señor, el tal Xavier García Albiol, que plantó en su día en la ciudad catalana que gobernaba carteles monumentales con el nada inequívoco lema "Limpiando Badalona".