¿Se ha convertido el aeropuerto del Prat en laboratorio de algún experimento? Son varias las cuestiones que se cruzan: en superficie está la de si es proporcionado y lícito invocar la seguridad para echar mano de la Guardia Civil y arrinconar una huelga en la que, al parecer, se estan cumpliendo servicios mínimos; la segunda es si ese despliegue en la zona más caliente, con los Mossos fuera del perímetro por falta de competencias, tiene alguna intención simbólica por parte del Gobierno, cara a las semanas que se avecinan; la siguiente es si la Generalitat pesca también, como parece, en las aguas revueltas del conflicto. Pero la definitiva es si tanta sensibilidad por parte de todos ante una huelga que no deja de ser como otras, y la sobreactuación a la que lleva, no pondrá de relieve una vez más que en las pugnas nacionalistas los que acaban perdiendo siempre son los trabajadores.