La violencia que acaba en asesinato es la forma más abominable de abuso contras las mujeres. Por eso considero que es tan importante que se haya alcanzado un Pacto de Estado entre todas las fuerzas políticas para luchar contra esta aberración. El Pacto, que tendrá que concretarse legislativamente en los próximos meses, incluye medidas sociales de protección para las víctimas, fórmulas de prevención en el ámbito sanitario y reformas en el ámbito penal.

Hay todavía mucho que hacer y el Pacto hace bien en subrayar el valor de los aspectos educativos. Al viejo machismo hay que añadir nuevas formas de dependencia femenina que solo pueden ser combatidas con una educación que fomente el respeto real y una autoestima afectiva consistente. Para lograr esta labor educativa es deseable utilizar los recursos culturales y las experiencias ya existentes en una sociedad plural como la nuestra, y no imponer desde arriba proyectos ideológicos que dividen a la sociedad.

Domingo Martínez Madrid