El 26 de julio la Iglesia católica celebra la memoria de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María. Estos nombres que les asigna la tradición cristiana significan "Dios fortalece" y "misericordia", respectivamente. No aparecen en la Biblia, pero sí en algunos evangelios apócrifos. Según el "Protoevangelio de Santiago", del siglo II, Joaquín se casó a los 20 años con Ana, que, como él, pertenecía a la tribu de Judá y a la descendencia del rey David. Se conservan dos lugares como piadoso recuerdo de su vivienda, uno en Jerusalén y otro en Séforis (ciudad de Galilea). El obispo medieval San Juan Damasceno escribió: "¡Oh bienaventurados esposos Joaquín y Ana, totalmente inmaculados! Sois conocidos por el fruto de vuestro vientre!". Por ser abuelos de Cristo, son los patronos de los abuelos.