Una vez conocida la noticia, casi todos los líderes políticos españoles mostraron su satisfacción por la liberación del opositor Leopoldo López. Y digo casi todos porque al cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, no le agrada que el líder opositor venezolano "salga de situación de arresto domiciliario y siga echando gasolina", porque a su juicio, "eso no ayuda". Para el ex miembro de Podemos lo mejor es que dejaran a López en la cárcel o que se fuera a su casa junto a su mujer, Lilian Tintori, y sus hijos como si no hubiera pasado nada. Pero es que la mujer de López sigue saliendo a la calle pidiendo libertad para el resto, todavía muchos, de presos políticos que todavía continúan encarcelados. Y López no está precisamente callado, por mucho que han querido amordazarle.

A Monedero le han molestado sobremanera las primeras palabras de Leopoldo López a su salida de la cárcel, cuando aseguró que su liberación era "un paso hacia la libertad" pero que no pensaba "claudicar ante el régimen". Pero, vamos a ver, qué quiere Monedero, ¿que los presos políticos venezolanos agachen la cabeza y permanezcan sordos, ciegos y mudos? Pues no. Venezuela no es una democracia y son muchos los venezolanos que claman porque las libertades vuelvan a su país del que Nicolás Maduro ha hecho su particular finca de recreo.

Dicen que las presiones de la Santa Sede y también de José Luis Rodríguez Zapatero, hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, han ayudado y mucho en esta liberación deseada y esperada por todos dentro y fuera del país caribeño. Venezuela no se sostiene, mal que le pese a Monedero, ni en el conjunto de los países iberoamericanos, ni en el resto del mundo. López no quiere desear más disturbios como piensa Monedero, López quiere lo que él y su mujer han expresado en infinidad de ocasiones, que Venezuela recobre el pulso, que los venezolanos vivan libres y si para eso, hay que seguir en la calle plantándole cara a Maduro y a los matones que le rodean y que ya hemos visto cómo se las gastan en el Parlamento venezolano, se le planta y punto. Por cierto, Podemos no ha dicho ni pío de la salvajada que se cometió en el recinto sagrado del pueblo. Ni lo dirá.

Monedero no se ha andado por las ramas, ha justificado el encarcelamiento de Leopoldo López. Si hubiera sido el de Maduro habría clamado al cielo o algún sitio que se le parezca, no hay que olvidar que el régimen venezolano financia o ha financiado a Podemos. Como López ni los mira, no les hace ni caso y no los tiene en cuenta, a sabiendas de cómo se las gastan, arremeten sin piedad contra él por boca de uno o de otro, da igual, todos están cortados por el mismo patrón. Monedero habla mucho del cariño que siente por Venezuela, país al que defiende a capa y espada, pero sigue sin condenar la violencia que es el pan de cada día para cientos de miles de venezolanos a los que su presidente quiere poner un yugo que ahogue cualquier atisbo de pluralidad, de democracia, de libertad.

Se ve que nunca llueve a gusto de todos. Monedero, Garzón e Iglesias son la mejor muestra de que la excarcelación del opositor Leopoldo López, ha supuesto una satisfacción a medias.