Muchos conocidos, amigos e incluso familiares socialistas me han llamado ignorante, hipócrita e incluso bolchevique cuando les he dicho que hace poco me he dirigido a través de una carta al nuevo secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez. La razón de estas afrentas no se deben al hecho de haber escrito a Sánchez, sino por haberle pedido como socialista, pero sobretodo como persona progresista, que tienda la mano a partidos de izquierdas como el de Pablo Iglesias, que ha intervenido en el Congreso de los Diputados en su moción de censura al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Es inaudito ver cómo socialistas y defensores de la izquierda manifiestan su temor a que el PSOE se alíe con partidos de izquierda separatistas como Esquerra Republicana o con partidos de extrema izquierda como el Partido Comunista Español o Unidos Podemos. Este último es el que más estupor crea entre los ciudadanos, pues argumentan que no quieren que un chavista tome las riendas de la izquierda y convierta a España en Venezuela o en Cuba. Estas personas aún no se han dado cuenta de que los tiempos han cambiado, y de que para conseguir echar al Partido Popular del Gobierno, "desparasitar" las instituciones y acabar con la corruptela política es preciso crear una izquierda fuerte. Pero la única manera de conseguirlo es mediante la unión de todos estos partidos políticos, entre otros.

En cuanto a la moción de censura a Rajoy, considero que el presidente del Gobierno tenía razón cuando durante su intervención ha comparado la situación de España con la de un barco sin capitán que va a la deriva y que puede estrellarse, en caso de que Unidos Podemos consiga desbancarle del Gobierno. A mi juicio, el señor Iglesias debería haberse abstenido durante un tiempo, hasta encontrar apoyos suficientes, para mediar en esta moción de censura pues, para su desgracia y la de su partido, nadie le apoyó en su último intento de reprobación.

Finalmente, a modo de curiosidad y relacionado con las políticas austeras y del miedo, hace algún tiempo descubrí una frase que solía decir el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels: "Una mentira repetida mil veces adecuadamente acaba por convertirse en verdad". Este es un claro reflejo de nuestra situación política actual, por lo que más vale que cambiemos ese tipo de mentalidad, tengamos nuestros propios criterios y no nos dejemos engañar tan fácilmente por las falsas habladurías populares. Todos los españoles y españolas pedimos un cambio para nuestro país, pero para conseguirlo, lo primero que debemos hacer es cambiar nosotros mismos.

Sergio de Fuente Garrido